John Travolta revela el error histórico de la última película de Tarantino

El protagonista de «Pulp Fiction» ha descubierto un fallo que pasó desapercibido en «Érase una vez en Hollywood»

John Travolta y Quentin Tarantino

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La réplica de Hollywood que Quentin Tarantino ha realizado en su último filme, el que garantiza que será el penúltimo de su carrera como cineasta, ha conseguido seis nominaciones a los Globos de Oro y un sonoro apluso para el director y su trío de protagonistas, Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie, con un papel más escaso pero que sirve de excusa para vertebrar la película y para homenajear a la actriz Sharon Tate, asesinada por la familia Manson en 1969.

Más allá de las dudas que surgen tras el visionado de «Érase una vez en Hollywood» , como si al final Cliff Booth, el personaje interpretado por Pitt, ha asesinado o no a su esposa o el destino de Rick Dalton (DiCaprio) después del final de la película, hay un error que ha pasado desapercibido por todos, excepto por el actor John Travolta.

El que fuera Vincent Vega en «Pulp Fiction» (1994) ha revelado un fallo que descubrió viendo la noventa cinta de su amigo Tarantino, del que se percató, tal y como ha reconocido, debido a su pasión por los aviones.

«El narrador dice que cogió un 747. Pues bien, el 747 realizó sus pruebas de vuelo en febrero de 1969, pero no entró en servicio hasta enero de 1970. ¡Nueve meses después ! Probablemente estaría en un Boeing 707», ha asegurado el actor de «Grease».

Un error puntual del que, en todo caso, Quentin Tarantino queda expulsado, pues en ningún momento pretende en «Érase una vez en Hollywood» esbozar con rigor histórico la flota de aviones de Estados Unidos a finales de los años sesenta, sino reconstruir, y honrar, la meca del cine en esa época.

Así lo justifica tambíen el propio Travolta, que no duda en echar un capote a su viejo colega: «Recuerdo estar en la ciudad cuando todo esto pasó. Recuerdo estar asustado porque Sharon Tate había sido asesinada . Yo estaba ahí, en ese momento con todos los demás, y eso es lo genial de Quentin como cineasta. Como en 'Malditos bastardos', él, de algún modo, repara nuestra historia» .

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