'Encanto': viaje lisérgico al realismo mágico

La nueva película de Disney viaja a Colombia con un musical que aúna tradición y modernidad

Mirabel, la protagonista de 'Encanto' Disney
Lucía M. Cabanelas

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No son los Buendía ni les persigue el fantasma de Prudencio Aguilar , pero los Madrigal no asientan cabeza en un lugar fijo hasta que, después de que les despojen de sus casas y sus tierras en un exilio forzoso, echan raíces a partir de una triste muerte y una vela. No hay siete generaciones ni están en Macondo, pero como los protagonistas de Gabriel García Márquez, el realismo mágico corre por las venas de la numerosa familia de ‘Encanto’, la nueva aventura de Disney en Latinoamérica después de su exitoso idilio mexicano con ‘Coco’.

En esta ocasión, la compañía del ratón se adentra en Colombia, «encrucijada de la cultura, la comida, la mezcla de etnias y la esencia de América Latina», explica Byron Howard, uno de sus tres directores, pero también de la superstición y de lo sobrenatural, que acaricia las escenas de toda la película.

Una vez más, la familia vuelve a ser fuente de inspiración para el séptimo arte. Los Madrigal no son como los Corleone ni como los Addams, pero algo hay de sus dinámicas de poder y de sus excentricidades. Volviendo a la tradición que acompaña siempre a las películas Disney, lo especial de esta familia es que la casa en la que viven está tan viva como ellos y todos, excepto una, poseen un don. Mirabel, la más normal de un clan extraordinario, demuestra sin embargo ser la más especial de todos, el catalizador, el nexo por el que la familia permanece unida, a pesar de sus diferencias.

«La protagonista de la película debía ser alguien con quien fuera sencillo identificarse. Al pensar en nuestras propias familias y en cómo nos relacionábamos con ellas, tuvimos la sensación de que todos parecían estar juntos, eran perfectos, mientras que nosotros sentíamos que éramos los diferentes», reconoce la directora Charise Castro Smith sobre el esqueje de Mirabel, una chica curiosa y algo marginada que, sin embargo, tiene la profunda curiosidad, corazón y entusiasmo de ver más allá de la superficie y seguir queriendo, pese a todo, a una familia que la margina por su incapacidad para no sobresalir por encima del estándar .

Para Clark Spencer, presidente de The Walt Disney Studios y productor de ‘Encanto’, era necesario que la protagonista tuviera «ese carácter defectuoso porque no hay suficiente historia para contar en algo donde todo es perfecto ». «Maribel es competente y, sin embargo, es insegura, tiene coraje y energía, pero también está nerviosa e inquieta porque necesita pertenecer pero siente que no lo hace», admite el productor, algo que, sugiere, es bastante común en el mundo que nos rodea. Ese mensaje universal, la moralina, que siempre aparece en las películas de la factoría. «Estamos rodeados de personas increíblemente talentosas y nos preguntamos si somos lo suficientemente buenos para estar cerca de otros que lo parecen más. Como ella, somos muchos los que nos preguntamos cómo encajamos en el mundo, en la familia, en todas partes».

En un festín de colores casi lisérgico, 'Encanto' tiene la virtud de mantener la tradición Disney de los musicales con la modernidad de ciertos ritmos como el rap, todo ello virtud de Lin-Manuel Miranda, un virtuoso de todo lo que tenga que ver con sonidos y puesta en escena.

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