«Señor»

Doncella en la calle, princesa en la casa

Rohena Gera propone un viaje a la India despojado de tópicos a través de un gran romance

Imagen de «Señor»
Fernando Muñoz

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Dice la cineasta india Rohena Gera que está cansada del estereotipo que el cine ha perpetuado sobre su país. Películas oscarizadas como «Slumdog Millionaire» o «Salaam Bombay!» han dibujado una imagen que poco tiene que ver con su realidad. Pero también critica a Bollywood y esa «fantasía» musical que han construido sobre sus propias calles. Frente a todos ellos, esta cineasta debutante ha escrito, producido y dirigido «Señor», una historia de amor desde el corazón de India para el mundo. Un romance entre rascacielos, pisos que parecen del catálogo de Ikea y un protagonista masculino que podría estar en Nueva York o en Londres . Es el personaje femenino el que hace que esta historia solo se haya podido filmar en Bombay.

Cada uno de los protagonistas llega a la vida del otro en el momento justo –si no esto no sería una película–, ella como una sirvienta recién llegada a la ciudad con ganas de prosperar y él tras romper el matrimonio que su familia había aprobado. Lo que viene a continuación es una historia de amor a lo «Romeo y Julieta» , aunque con la diferencia social de castas como barrera en lugar de las rencillas familiares. Él, pese a tenerlo todo, siente que no tiene nada y ella, pese a vivir sin oportunidades, sueña con todo un futuro.

Sistema de castas

«Ella no es la Cenicienta, no espera a que el príncipe la venga a salvar», explicó la cineasta en su visita a Madrid hace unas semanas para presentar la película. «Para mí, es una historia de amor que habla de la diferencia de clases. Yo tenía una niñera en casa que cuidaba de mí pero no tenía ningún derecho. De pequeño te parece normal, pero cuando viajas te das cuenta de las diferencias que hay aquí. Quería contar eso con una historia de amor, porque en el amor todos somos iguales, no hay víctimas ni opresores. Da igual que seas rico o pobre, todo el mundo sabe lo que es querer a alguien y no ser correspondido», reflexionó la directora.

Con esta base, la historia de los personajes se podría haber disparado hasta niveles de telenovela, pero la directora trató de frenarlo: «Intenté contar algo humano, algo real. Cada vez que se me ocurría algo muy dramático, muy romántico o demasiado brillante lo terminaba por arrancar del guion, porque la vida real no es así. Había que entender a los personajes y su gran historia de amor, pero sin adornos », desgranó Rohena Gera.

Al final, en palabras de la propia cineasta, el romance se va cimentando sobre las bases más tradicionales de una narración. Y aunque por estos lares de Occidente ese amor sea todo menos un escándalo, al otro lado es más que un tabú. Algo que se explicita en la película y con lo que la propia cineasta se emociona al recordar. « Es complicado mostrar esta India porque en casa no se ve bien , y fuera tampoco porque no encaja con el modo en el que el mundo nos quiere ver», reflexionó. Y va más allá, como cuando muestra el viaje de la protagonista desde el pueblo hasta las raíces de los grandes rascacielos: «El contraste es muy importante para ver de dónde viene y qué se va a encontrar en esa casa moderna de alguien con dinero. Pero también tenía muy claro que no quería mostrar un pueblo pobre y triste, por eso elegimos uno con una gran belleza natural donde, aunque no se vive con las comodidades de la gran ciudad, tampoco es un sitio horrible», sentenció.

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