Cierre de filas europeo en la Berlinale

Kosslick admite que el nuevo concepto de Europa que los políticos buscan y que los artistas retratan en sus películas, «pasa necesariamente en este momento por la figura de Donald Trump»

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El Festival Internacional de cine de Berlín, que nos tiene acostumbrados a abrirse en la búsqueda creativa hasta en el último rincón del planeta, cierra filas en esta 67ª edición sobre Europa y se concentra en una inesperada coyuntura que parece estar volviendo del revés los más básicos planteamientos identitarios del continente.

Dieter Kosslick, que ayer entregó un adelanto de lo que se ofrecerá en múltiples salas de cine de la capital alemana, subrayó que buena parte del festival «se trata de la historia de Europa y las guerras de Europa» y señaló además la conveniencia de adoptar «el punto de vista de la Europa otrora dividida políticamente en este y oeste, de la pérdida de dos grandes utopías» y de los europeos, que se han convertido en «gente que no confía en el capitalismo y que dejó de creer en el comunismo hace mucho tiempo».

Kosslick admite que el nuevo concepto de Europa que los políticos buscan y que los artistas retratan en sus películas, «pasa necesariamente en este momento por la figura de Donald Trump», por lo que prevé que el presidente de Estados Unidos sea el invitado fantasma a la Berlinale, del que se hable en las mesas redondas. No en vano, el de Berlín es considerado el más político de los grandes festivales de cine, y esa perspectiva abarca no solo a las películas del género político-histórico, como «El joven Karl Marx», estreno en esta edición, dirigida por el reconocido y premiado cineasta haitiano Raoul Peck, ambientada en 1844 y que narra la juventud del filósofo alemán y su colaboración intelectual con Friedrich Engels.

Gran presencia del cine español

El cine español estará presente en prácticamente todas las secciones, con las últimas películas de Álex de la Iglesia y Fernando Trueba como principal reclamo, así como la ópera prima de Eduardo Casanova. De la Iglesia estrenará en la sección oficial, pero fuera de concurso, su nueva cinta, «El bar», una muestra del «explosivo humor español», según el director de la Berlinale, Dieter Kosslick. Además, en el jurado, tendremos a Diego Luna.

En conjunto, se presentarán cerca de 4.000 películas. Por los osos de oro y plata competirán este año 18 películas, entre ellas dos latinoamericanas: «Una mujer fantástic», del chileno Sebastián Lelio, y la cinta brasileña «Joaquim», de Marcelo Gomes. El certamen abrirá con «Django», una biografía del compositor y guitarrista francés Django Reinhardt, que en los años 40 fue perseguido por los nazis debido a su origen gitano. Y esta vez estará ampliamente representado el cine alemán. Volker Schlöndorff participa con la película «Return to Montauk», basada en la obra de Max Frisch; Thomas Arslan presenta su nueva película «Helle Nächte» (Noches claras); y Anders Veiel compite con el documental biográfico «Beuys», dedicado al legendario artista plástico. Otras cinco coproducciones alemanas se someterán también al voto del jurado, presidido este año por el director holandés Paul Verhoeven.

La sección Forum, que siempre está en el foco del cine político y cultiva la exhibición de expresiones cinematográficas experimentales y poco convencionales, tiene este año mucho que ofrecer. Entre las 43 películas que se presentarán allí hay numerosas de América Latina. Con especial interés se espera también la exhibición del la película «ORG», basada en un relato de Thomas Mann, del nonagenario argentino Fernando Birri. La cinta, que data de 1987, es un filme experimental que rara vez se ha mostrado desde su estreno.

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