'Rojo y negro', la película falangista que Franco prohibió por su mensaje conciliador

Dirigida por Carlos Arévalo, director maldito, fue secuestrada tres semanas después de su estreno y no se pudo volver a ver hasta más de medio siglo después

FlixOlé ofrece ahora una versión restaurada de la cinta, que narra la relación entre una joven falangista y su novio, comunista

Ismael Merlo y Conchita Montenegro, protagonistas de 'Blanco y negro' FlixOlé

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'Rojo y negro' era una película llamada a triunfar, pero la afición al cine de Francisco Franco se cruzó en su camino, para mal. El director madrileño Carlos Arévalo venía de cosechar un gran éxito de público y crítica con '¡Harka!' (1941). Para su siguiente título contaba con dos estrellas como Ismael Merlo y Conchita Montenegro , la primera española que triunfó en Hollywood. Cuenta la leyenda que, en su primera prueba, ella se negó a besar a Clark Gable y que aquel gesto altanero gustó mucho, sorprendentemente, pero esa es otra historia. En la cinta que nos ocupa, la actriz daba vida a una falangista ennoviada desde niña con un comunista, relación que la Guerra Civil pondría a prueba.

La película de Arévalo se estrenó en el cine Capitol de Madrid, el 25 de mayo de 1942 , pero no duró ni un mes en la cartelera. Fiel a su costumbre, Franco la vio en una proyección privada en El Pardo y no tardó en dar la orden directa de prohibirla. Estuvo desaparecida más de medio siglo, hasta que en 1996 fue recuperada por la Filmoteca Española. FlixOlé estrena ahora la versión restaurada en 4K en las instalaciones de Video Mercury. A los aficionados les sorprenderá la calidad artística de la película, pese a sus ramalazos de cine propagandístico, y que un argumento tan crítico con el bando republicano pudiera ser censurado en la España de la posguerra.

La acción transcurre en Madrid, donde se ve la quema de iglesias y otras acciones violentas. Durante la guerra, Luisa (Conchita Montenegro) ayuda a sus compañeros de falange perseguidos y capturados, hasta que sus actividades son descubiertas y la chica es llevada a la checa de Adoratrices, donde es violada . Después, es trasladada a la checa de Fomento, principal escenario de la película, un lugar utilizado para encarcelar, interrogar y torturar a los sospechosos de simpatizar con el enemigo.

Cuando Miguel descubre que Luisa está allí retenida, el corazón puede más que la ideología y acude a su rescate. No diremos cómo acaba la película, pero sí que la actitud del protagonista masculino, lejos de ser vista como el reconocimiento de un error o incluso como una lección para los 'rojos', fue interpretado por Franco como el intolerable arrepentimiento de un militante comunista . El mensaje general de conciliación de ambos bandos no era admisible. Seguramente, la ambición de la estilizada puesta en escena tampoco jugó en su favor. En este sentido, destaca el momento en que la cámara recorre sin cortes las distintas plantas y habitaciones del edificio de la calle Fomento, abierto en canal, como si estuviéramos ante el número 13 de la Rue del Percebe.

Prohibición fulminante

Los efectos de la censura fueron fulminantes. Todas las copias de la cinta fueron secuestradas y no quedó ni rastro de ellas. Su director, Carlos Arévalo, fue condenado al ostracismo y tuvo que abandonar el cine durante doce años al ver cómo sus proyectos más personales eran torpedeados. Acabó dirigiendo solo un puñado de películas, casi todas por debajo de su talento, cuando no eran simplemente las versiones españolas de títulos que se hacían dos veces, para el mercado internacional y para el doméstico. El 'Diccionario del Cine Español', dirigido por José Luis Borau , salva 'Hospital General', de 1956, basada en la novela de Manuel Pombo Angulo . También valora el «desalentador balance de un cineasta de talante intelectual» cuya carrera quedó destruida por pisar una mina ideológica que no supo detectar.

'Rojo y negro' se convirtió así en una película maldita, que ha podido ver muy poca gente, pese a los esfuerzos de la Filmoteca. Juan Manuel de Prada destacaba en un artículo en ABC Cultural en mayo de 2010 que, pese a la evidente simpatía falangista de la película, está muy apartada del modelo impuesto por 'Raza' , que esquivaba cualquier rasgo «comprensivo» hacia el enemigo. Muy al contrario, 'Rojo y negro' «exhibe una audacia temeraria , proponiendo la figura de un comunista íntegro a quien los desmanes perpetrados por sus conmilitones obligarán a renegar de su ideología».

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