«The beast», el verdadero mal que esconde el ser humano

A raíz de un asesinato, el surcoreano Lee Jung-Ho explora la podredumbre moral del sistema

María Estévez

Choi Daniel esperaba descansar después de protagonizar la serie «The Ghost Detective», pero cuando el director Lee Jung-Ho le ofreció la oportunidad de trabajar en «The beast», no pudo rechazarlo. «Debo reconocer que el rodaje de la película fue un poco caótico y que me hubiera gustado tomarme un tiempo después de terminar la serie, pero Lee me parece uno de los realizadores más interesantes de Corea y no podía negarme a colaborar con él», explica el actor.

«The beast» es la visión personal de Lee Jung-Ho de la película de suspense francesa «Asuntos pendientes», que protagonizó Gérard Depardieu aunque, si bien hay similitudes entre los dos filmes, el cineasta surcoreano ha reinventado la historia, situándola dentro del contexto cultural de su propio país. «Mi narración habla de la corrupción policial. ¿Hasta dónde una persona está dispuesta a corromperse con tal de ascender en su trabajo? Es una cinta sobre el poder y la influencia dentro del grupo como único objetivo», admite Lee sobre la película, que se centra en la desaparición de una estudiante adolescente en Corea del Sur. Cuando su cuerpo aparece en una playa de Incheon, la Policía empieza a sospechar que su muerte podría estar conectado a un asesino en serie. «La pérdida de confianza de la sociedad hacia las instituciones es un tema que me interesa. Por eso reconstruí esta historia enfrentando a varios detectives de departamentos de Policía rivales, uno de ellos con muchos secretos. Es una cinta de suspense donde los detectives se ven implicados en la investigación y tratan de evitar comprometer su integridad», revela el director.

Las bestias

El título de la cinta se refiere al sádico psicópata que ha torturado y asesinado brutalmente a 14 jóvenes inocentes, pero la película de Lee Jung-Ho, en última instancia, desata diferentes tipos de comportamiento «bestial». «Todos llevamos una bestia dentro, desde el asesino hasta el oficial de Policía que infringe la ley sistemáticamente para resolver el caso, o el forense que no respeta los cadáveres. A medida que los personajes pierden el control de sus circunstancias personales, vamos descubriendo a la bestia que los habita», admite el realizador.

En una película donde cuesta redimir a un personaje, las cloacas de la decadencia moral que nos asola, conviene preguntarse si hay alguien libre de pecado para juzgar al resto. «Esa es la gran pregunta. El juego del gato y el ratón se convierte en una cuestión filosófica donde cada uno cava con la pala de su toxicidad. La fotografía de Joo Sung-rim enfatiza en la ambigüedad moral de este lugar y sus personajes, a veces solo distinguibles por su nivel de corrupción. En “The beast”, la Policía es un símbolo de un sistema en el que el prestigio y el poder han tomado la delantera a sus representantes, corrompiéndolos desde dentro», concluye el director.

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