Los Bafta cambian las normas de sus nominaciones tras el escándalo del año pasado por la falta de diversidad

Un jurado de entre 10 y 12 miembros han elegido las películas finalistas tras un «entrenamiento consciente para votantes», es decir, una orientación cuyo objetivo es ayudar a la gente a reconocer cuándo está siendo racista

Chloé Zhao, directora de 'Nomadland', la película favorita de los Bafta
Ivannia Salazar

Ivannia Salazar

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El año pasado, la Academia de Cine y Televisión británica se vio envuelta en una polémica de tal envergadura por la falta de diversidad en sus nominaciones a los premios Bafta , que este año decidió curarse en salud, dando a conocer unas candidaturas más mixtas que nunca tras haber cambiado las normas para su selección. En el 2020, incluso se extendió en las redes sociales el hashtag #baftasowhite , para denunciar la que se consideró una excesiva nominación de actores blancos, así como la falta de mujeres en la categoría de mejor dirección. De hecho, Joaquin Phoenix, ganador del premio a mejor actor, dijo sentirse «en conflicto» por aceptar el galardón porque « enviamos un mensaje muy claro a la gente de color de que no son bienvenidos aquí ».

Por todo ello, la Academia, que reconoció lo que calificó como una «exasperante falta de diversidad», llevó a cabo durante poco más de medio año una revisión exhaustiva de sus procedimientos de votación e incluso de sus membresías. Los cambios, que son 120 en total, incluyen el hecho de que se tome en cuenta la opinión de mil nuevos miembros de contextos socio culturales que se consideraron subrepresentados, que se suman a los 6.500 miembros pre-existentes, así como el establecimiento de diez nominaciones para películas británicas destacadas y de seis para la categoría de mejor dirección y las de actuación, en un esfuerzo por ampliar la gama de filmes. Además, se obligó a la limitación a la cantidad de dinero que pueden usar los productores en sus campañas para aspirar a una nominación. El presidente de la organización, Krishnendu Majumdar, se felicitó el pasado septiembre por los cambios, que según él suponen «un punto de inflexión». «Necesitamos reflejar a la sociedad, no a la industria», dijo en aquel momento al diario The Guardian, y destacó que uno de sus objetivos es «poner la casa en orden» .

Frances McDormand, protagonista de 'Nomadland'

Quizá una de las modificaciones más relevantes en el sistema fue que en la mayoría de las categorías, los finalistas salieron de una primera lista más larga elegida por un centenar de miembros, pero fueron finalmente jurados de entre 10 y 12 « expertos de la industria » seleccionados por la organización con base en sus diversos « antecedentes, experiencias y edades » los que decidieron la lista final. Estos jurados deben estar compuestos por al menos el 95% de miembros de los Bafta, mientras que el resto puede ser seleccionado solo para a la ocasión.

Fue gracias a este renovado sistema que se llegó a las nominaciones de este año, en las que dos tercios de los nominados en las categorías de actuación provienen de minorías étnicas y cuatro mujeres están nominadas a la categoría de mejor director , y son más de 50 las películas nominadas a los premios este año, en comparación con las 39 de 2020. Según Majumdar, se alentó a los miembros a tener en cuenta más películas y a mirarlas con una mayor profundidad. «La gente no quiere cuotas. No quieren estar allí porque pertenecen a un grupo subrepresentado. Solo quieren tener la oportunidad de que se vea su trabajo», afirmó, y añadió que «hicimos que todos los miembros vieran un lote aleatorio de 15 películas en una primera ronda, lo que significó que cada película fue vista aproximadamente entre 300 y 400 veces. Eso nunca había sucedido antes». Eso sí: también fue necesaria la introducción del conocido como «entrenamiento consciente para votantes», es decir, una orientación cuyo objetivo es ayudar a la gente a reconocer cuándo está siendo racista , una decisión que no ha estado exenta de polémica, sobre todo en las redes sociales, desde las cuales algunas voces critican que las nominaciones de este año son solo un «lavado de cara» y un modo de ser «políticamente correctos» tras la crisis del año pasado.

«Después de las nominaciones del año pasado, comenzamos el proceso de revisión de Bafta con la intención de nivelar el campo de juego e introdujimos una serie de medidas para garantizar que todas las películas inscritas fueran vistas por nuestros miembros y juzgadas por sus méritos. Esperamos que ahora puedan ver algunos de esos cambios reflejados en la amplitud y profundidad de los nominados», dijo finalmente Majumdar.

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