La animación española dibuja su propio horizonte brillante: solo en 2017 generó 654 millones de euros
España es el quinto productor mundial de animación y efectos visuales. El pasado año creó 7.450 empleos
En la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas se habló de empresas, de la CNMV, de distribución, de financiación, de créditos, de conexiones internacionales, de Marca España, de ejes industriales, plan de medios, desarrollo del sector... Ayer, en la casa del cine, el negocio fue el centro de todas las conversaciones. El motivo: la presentación del Libro Blanco de la animación que pone en alza una de las potencias de nuestro cine.
Elaborado por la federación Diboos de productores de animación y efectos visuales, el Libro blanco de la animación arroja datos muy positivos: España es el quinto productor mundial y el segundo europeo en largometrajes de animación, y el sector prevé poner en marcha 90 largos, más de 140 series y 400 cortos en los próximos cuatro años, con un presupuesto medio de 12 millones de euros, 3 millones y 60.000 euros, respectivamente.
«El capital de estas empresas es español, de gente joven, con una gran vocación internacional. Que vende mucho fuera, y vende nuestra marca. Siempre he dicho que la marca España tiene a la Cultura y al Deporte como su motor principal», defendió Miguel Angel Benzal, Director general de Egeda y de los Premios Platino.
Manuel Cristobal, miembro de la junta de Diboos, como representante dejó una de esas frases redondas que cualquiera querría apropiarse: «Sabemos que tenemos un futuro brillante, pero estamos cansados de tener un futuro», dijo, para después exigir una mayor «seguridad jurídica» y una mejora en los incentivos fiscales. «Estamos en desventaja respecto a nuestro entorno. En Francia hay desgravaciones de hasta treinta millones, en España el máximo son tres, lo que limita que aquí la inversión sea máximo de 12 millones y en Francia de hasta 30», resumió. «Pese a todo, el talento español es muy buscado y por eso vienen a España grandes producciones», dijo, y recordó el caso de El ranchito, recién galardonado con un Emmy por su trabajo de efectos especiales para «Juego de tronos».
Los datos para defender estas mejoras en las ayudas son contundentes: Por cada euro que se invierte en animacón se recuperan dos para las arcas españolas. Cada empleo directo, genera dos indirectos. Así, la animación española representa el 4 % del sector audiovisual pero genera el 20 % del empleo y el 9 % de la facturación.
El 60 % de las empresas españolas exporta sus productos, principalmente a mercados europeos (45 %), Norteamérica (23 %) y Oriente Medio y África (10 %), aunque por facturación el principal es el mercado norteamericano, que suma el 52 % de la facturación exterior.
Y todo pese a la juventud de una industria que lucha por una mayor estabilidad: casi la mitad de estas empresas no existían hace diez años.
En el pasado año, solo 2 peliculas de animación «Tadeo Jones 2» y «Deep» hicieron un 22% de la taquilla nacional. «¿Qué pasaría si pudieramos producir más?», se preguntan desde la junta directiva de Diboos. En ese sentido, descubrieron que el mínimo para levantar una producción son 500.000 euros, mucho más que una película de acción reeal, y que el tiempo de trabajo se multiplica por cuatro. Por eso pidió al ICAA un plan efectivo y específico para el sector de la animación y los efectos especiales.
La directora del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA), Beatriz Navas, recogió el guante y ha avanzado que el próximo jueves tiene prevista una reunión para abordar este tema con la Dirección General de Tributos. También ha anunciado su propósito de crear «una mesa de trabajo» con representantes del sector audiovisual para estudiar nuevos modelos de financiación.
Otros retos pasan por conseguir mayor apoyo de las televisiones y plataformas bajo demanda y crecer en financiación de proyectos digitales, que actualmente suponen el 12 % de la facturación, frente al 38 % de la televisión y el 28 % del cine, además de mejorar los planes de formación: el 42 % de las empresas declara tener dificultades para encontrar profesionales con la formación adecuada.
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