Crítica de 'La crónica francesa': La recaída de Wes Anderson en su cine
Un festín de presencias, de gracias, de paneles que se mueven, de técnicas de animación, línea blanca de dibujo y cartelería
Están de suerte todos los admiradores de Wes Anderson y los que encontraron motivos para reírse en otros títulos suyos como ‘La vida acuática’ o ‘Viaje a Darjeeling’, pues en esta última, ‘La crónica francesa’ , tan igual en fondo y forma a todas sus anteriores, se les ofrece el catálogo completo de su estilo recargado, de su intrigante sentido del humor, de su paleta cromática a lo tienda de ‘chuches’ y de la (súper)puesta en escena tan preñada de viñeta y grávida de solemnidad. En su arranque puede crear confusión, pues copia –o tal vez homenajea– a Jacques Tati en una secuencia de ‘Mon oncle’, pero es cuestión de segundos lo que tarde en convertirse en otra más de Wes Anderson.
Ficha completa
La crónica francesa (Del Liberty, Kansas Evening Sun)
En la idea de anderson subyace un elogio al viejo periodismo y su argumento se instala en el interior de un periódico, ‘The French Dispatch’ , que dirige Bill Murray, y una voz en ‘off’ nos cuenta su historia. El ingenio consiste en que el espectador irá asistiendo a unas sofisticadas puestas en escena de algunas crónicas de ese periódico, culturales, políticas, de sociedad, que la cámara de Anderson filma a su modo y son leídas al mismo tiempo; la crónica de un pintor psicópata y su carcelera modelo, la de homenaje al Mayo del 68, otra en una especie de thriller culinario…, todas ellas regadas de su plantilla de actores favoritos, como Murray o Owen Wilson, y de apariciones ‘cool’ de Chalamet, Tilda Swinton, Saoirse Ronan, Léa Seydoux, Mathieu Amalic, animados por la música de Desplat… Un festín de presencias, de gracias, de paneles que se mueven, de técnicas de animación, línea blanca de dibujo y cartelería.
