Crítica de 'La abuela': Vejez y dependencia, paso previo al horror

El argumento se encochina y retuerce de un modo desconcertante y difícil de encontrarle no ya la dirección, sino el sentido

Almudena Amor y Vera Valdez en 'La abuela'
Oti Rodríguez Marchante

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Solo la inclinación natural del director, Paco Plaza, a que su cine se tropiece con lo fantástico y lo terrorífico ha podido arrancarle este relato al drama social, algo a lo que también ha contribuido enormemente la física y el talento de la actriz brasileña Vera Valdez , de 86 elegantes años y que interpreta a la abuela del título. Y se podría añadir lo que empuja a ello el guion, confeccionado por esa escritura en la esquina de Carlos Vermut . Pero, hasta que lo sobrenatural entra en la escena de una patada en la puerta, es la historia doliente de una ancianita que sufre un derrame cerebral y que necesita alguien que la cuide día y noche, y es su sobrina Susana (la espectacular Almudena Amor ) la única que puede y tiene que hacerlo.

Los interiores de la casa, convenientemente tuneados para que, llegado el momento, que no es pronto, adquieran los perfiles, la iluminación y la atmósfera necesaria para que ese drama familiar, esa mirada a la soledad y dependencia de los ancianos, se revuelva contra la comodidad del espectador y le apriete las tuercas contra su butaca.

Ficha completa

La abuela

La abuela

La planificación de Plaza y el manoseo de la banda sonora y de los espacios fuera de campo son el bate de béisbol con el que juega a destrozar lo melodramático y que venza lo terrorífico, lo claustrofóbico, lo paranoico, lo antisocial (¡leña a la vieja y a la vejez!). Rodada con cálculo y esmero, interpretada con gran variedad de matices por Vera Valdez y Almudena Amor, el argumento se encochina y retuerce de un modo desconcertante y difícil de encontrarle no ya la dirección, sino el sentido. Lo sobrenatural no tiene fácil explicación, y ni Vermut ni Plaza se consideran obligados a explicárselo a alguien que, un suponer, acaba de salir del súper.

Como es una película que bascula entre los buenos y malísimos sentimientos, y entre la ternura y la truculencia, es fácil concluir que no guste al completo, que sus dos salsas no liguen a gusto de todos, que a unos les falte susto y a otros les falte celo en su crítica social. Pero, sin mucha analítica, es una obra bien resuelta técnicamente y moralmente ingeniosa.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación