El mundo es suyo: Tópicos deslavazados

Con «El mundo es nuestro» sobrevivieron al salto a la pantalla grande, en la que recinciden con esta secuela ante la que es difícil permanecer neutral

Alfonso Sánchez y Alberto López ABC
Federico Marín Bellón

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Tiene mérito lo que han conseguido los sevillanos Alfonso Sánchez y Alberto López , «los compadres», dos estrellas nacidas en YouTube, y en Sevilla, que se ríen de todo (incluida la memoria histórica) sin ofender a nadie. Veremos. El suyo es un humor viral, más que vírico, capaz de dar a luz personajes duraderos: el Rafi y el Fali, Cabesa y Culebra.

Con «El mundo es nuestro» sobrevivieron al salto a la pantalla grande, en la que recinciden con esta secuela ante la que es difícil permanecer neutral. Algunos morirán de risa y otros mirarán atónitos a los primeros, sin capacidad para el auxilio.

Ahí no caben los análisis, pero en su faceta cinematográfica no solo han perdido frescura, sino que les pasa como a tantos cómicos, a los que el cine les tira de la sisa. El largo metraje tiene su propio ritmo y en esa vorágine Sánchez y López parecen desfondados. El problema es de estructura, más que de chistes, de los que también podríamos hablar. Los más afortunados casi siempre caen en el personaje mejor trenzado, el de la reportera que interpreta Mari Paz Sayago. Por algún motivo, en las principales páginas de cine no se le atribuye el guión a nadie, aunque no hay la menor duda sobre la autoría, en lo bueno y en lo malo, en la buena salud que goza el humor pegado a la costilla de los tópicos y en la enfermedad del cine forzado, sin un esqueleto sano.

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