Crítica de «Lo mejor está por llegar»: «Chanson» a la amistad

La cinta, a veces autocomplaciente, se sostiene por la calidad de sus intérpretes y porque la mezcla de humor, camaradería y emotividad nunca pierde del todo el sentido de la proporción

Fotograma de «Lo mejor está por llegar»
Federico Marín Bellón

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ficha completa

La amistad, dice Fabrice Luchini en un momento especialmente emotivo, tiene algo de lo que el amor carece: certeza. Él y Patrick Bruel se entregan a esta forma superior de afecto que impregna la pantalla y se transmite con la eficacia de un virus, pero para bien. Ambos actores, curtidos en más cien títulos, son los protagonistas absolutos de esta comedia dramática de equívocos, en el que cada uno piensa que el otro sufre una enfermedad terminal.

Un hábil quiebro de guion de los también directores Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière nos lleva con eficacia a este enorme malentendido, magnífico punto de partida desde el cual logran que su historia crezca sana y fuerte. La cinta, a veces autocomplaciente, se sostiene por la calidad de sus intérpretes y porque la mezcla de humor, camaradería y emotividad nunca pierde del todo el sentido de la proporción.

El espectador, que tiene la ventaja de ir siempre un paso por delante de los protagonistas, vive incluso algún momento mágico, de esos que uno querría que no terminaran nunca, porque después todo será necesariamente peor. Los guionistas, que como directores (menos experimentados) no estropean lo escrito, tienen también gran mérito al propiciar este gran tour de force o vuelta ciclista a la amistad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación