Crítica de «Wendy»: Barrie no envejece, pero los niños están en peligro
Benh Zeitlin dirige una versión de Peter Pan moderna, original y luminosa, en la que sin embargo es difícil penetrar
El próximo fesfival de Sundance será virtual, con la nieve cayendo sobre Park City sin periodistas ni turistas que la ensucien. En la pasada edición, hizo bastante ruido el estreno de este moderno Peter Pan . Por un lado, porque su director había triunfado allí mismo y casi en los Oscar con «Bestias del sur salvaje», ocho años antes. Por otro, porque los niños perdidos animaron la sesión y alguna fiesta, no siempre en horario protegido.
La «Wendy» de Benh Zeitlin , que escribió el guion con su hermana Eliza , entra por los ojos pero luego se pierde un tanto en las circunvoluciones del cerebro. Lo amodorra.
Pese a romper de forma dramática con los clásicos, el escenario principal de la historia es conocido, lo que juega a favor de la película: una isla misteriosa donde el tiempo y las canas se han detenido. Entre los chiquillos perdidos reina la libertad y ese espíritu indómito que ha conquistado a tantas generaciones de lectores y espectadores, pero esta vez el tono es más oscuro, en contraste con la luminosa y brillante fotografía.
Los hermanos Zeitlin, que no pueden negar que proceden de una familia de artistas, hacen una versión original y arriesgada, con más talento que medios físicos. Hay quien ha comparado al cineasta con Terrence Malick , lo que además de un elogio excesivo puede servir como aviso.
En su defensa diremos que quienes penetran en esta obra distinta suelen reclamar algún premio. Los que se quedan en la superficie también, pero para ellos. Por el aguante.
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«Wendy»
