Crítica de «El verano que vivimos»: Un triángulo con carisma y lorquiano

La película protagonizada por Blanca Suarez ya está disponible en las salas españolas

«El verano que vivimos» Atresmedia Cine
Oti Rodríguez Marchante

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Melodrama romántico de pasiones y desmesuras que al espectador proclive a ellas lo colmará por completo, y no solo porque su intriga argumental es un constante pisar uva de emociones, sentimientos y contradicciones que producen chiribitas a los ojos peliculeros, sino también porque su trío protagonista tiene más carisma, empaque físico y caudal dramático y pasional que unas elecciones USA . La historia tiene un motor de dos tiempos, uno externo y presente (una joven periodista que se encarga de las notas necrológicas en un diario de provincias) y otro interno y que es el esencial: una historia de amor ocurrida en el pasado y que es realmente la que pone en escena y mueve todo el relato.

El director, Carlos Sedes , tiene mucho recorrido en series televisivas y domina, por lo tanto, el tono, el ritmo y el lenguaje de la manivela de la intriga sin pasarle el trapo de «la autoría» a la audiencia; es decir, una narrativa sencilla, clara y que persigue la fácil compresión de los hechos y personajes, a pesar de su entrelazado de tiempos y de lo rizado de las motivaciones y pulsiones que marcan la trama con hieles y mieles lorquianas.

La parte más sustancial y vistosa de la historia ocurre en el pasado y en una zona rural de la Andalucía «señorita» y entre viñedos, donde coinciden el trío protagonista y el triángulo romántico: dos amigos y la prometida de uno de ellos. Bien ambientada y con una atractiva construcción de los personajes, el joven emprendedor y su llamativa prometida, y el amigo arquitecto al que le encargan la construcción de unas bodegas. Blanca Suárez es el vértice, el punto de encuentro, el lugar (magnífico) donde se concentra la fiebre (no febrícula, sino fiebrón) de esas relaciones que, aunque se las ve venir a galope y con trompeta, como una carga del Séptimo de Caballería, tienen el poder de la convicción precisamente por los méritos de esta actriz tan poderosa en cualquier zona del plano, y por el carácter, uno soso y otro chisposo, de Javier Rey y un espectacular Pablo Molinero.

Ficha completa

El verano que vivimos

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación