Crítica de «Cosmética del enemigo»: Despega como puedas

Marta Nieto es la única protagonista española de la película de Kike Maíllo, un thriller en el que la esgrima verbal es esencial

Tomasz Kot y Athena Strates, en «Cosmética del enemigo»
Federico Marín Bellón

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Película internacional de cerebro y corazón español, este último herido. «Cosmética del enemigo» es la adaptación de la novela de Amélie Nothomb , que relata la breve pero intensísima relación entre un arquitecto de éxito y una joven que lo aborda y solicita su ayuda durante su trayecto al aeropuerto. Que la chica se llame Texel Textor ya ofrece una idea de que no cabe esperar de ella un comportamiento normal. Athena Strates hace un gran trabajo. Como dice Coppola , es fácil odiar el personaje y amar a la actriz.

Enfrente, el polaco Tomasz Kot encarna con precisión lo que se espera de un triunfador normal, si se permite el oxímoron que la propia historia corrige, porque ni existen las personas normales, menos aún acostumbradas a ganar, ni es fácil evitar que algo de mugre se cuele bajo la alfombra de la conciencia.

Cristina Clemente y Fernando Navarro colaboran en el guion con el director Kike Maíllo , que sabe darle una textura muy personal al relato, cargado de cosmética y estética, para aliviar tanta palabra. A ratos, recuerda incluso a Polanski .

Es curioso que el título de la película en español sea idéntico al del libro de la autora belga, mientras que en inglés la traducción cambie al quizá más explícito «Un enemigo perfecto».

De los tres actos, merecen casi todos los aplausos los dos primeros. En el tercero asaltan las dudas, pero a esas alturas el espectador ya no escapará fácilmente. El lector debe saber que es difícil que su impresión mejore, aunque el cambio de rumbo y hasta de género, del que la historia apenas anticipa unos apuntes, igual logra su objetivo con parte del público.

En cualquier caso, es preferible que lo anterior no se entienda bien a revelar demasiados detalles de una trama especialmente sensible a los bocazas .

Una buena noticia es que quien quiera leer después la novela encontrará motivos de sobra para disfrutarla, muchos de ellos inéditos en la película. Suele decirse que es mejor leer el libro primero, pero la experiencia casi siempre es menos frustrante al revés.

Maíllo esquiva el exceso de teatralidad, aligera los diálogos, cambia casi todo lo que puede y le añade su impronta visual, que los intérpretes se encargan de remachar. Aparte de los dos protagonistas, que acaparan minutos con voracidad, destacan las significativas apariciones de Marta Nieto , sobre todo, y de Dominique Pinon .

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«Cosmética del enemigo»

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