Los secretos de la última película de Rodrigo Cortés cantados para ABC por sus protagonistas

El cineasta dirige a Clara Rugaard y Ferdia Walsh-Peelo en 'El amor en su lugar', un drama histórico ambientado en el gueto de Varsovia que se estrena el 3 de diciembre

Nerea Balinot y Lucía M. Cabanelas

«Agua, agua, Rodrigo», ordena en castellano Clara Rugaard a su director, antes de responder a las preguntas de ABC . «Ahora le toca a él ser el esclavo», susurra ya en inglés cuando no la oye, entre risas, cómplice con Ferdia Walsh-Peelo , su pareja sobre las tablas de ese escenario de Varsovia que recrea Rodrigo Cortés en 'El amor en su lugar', donde un artista lo es siempre hasta el final, sean cuales sean las circunstancias.

También lo son los jóvenes actores, que se suben al escenario del madrileño Teatro Muñoz Seca para un acto tan íntimo como genuino.

«Now I’m walking for you», dice el director, cuya voz se va apagando mientras se aleja a través del patio de butacas. La cámara le sigue muda, como en el plano secuencia de doce minutos que recrea al principio de la película, un drama histórico basado en hechos reales en el que una compañía teatral se niega a bajar el telón, a pesar del hambre y la ocupación nazi en el frío invierno de 1942 en el gueto de Varsovia .

«Silence, silence, silence», grita Rodrigo Cortés mientras camina hacia el escenario del Teatro Muñoz Seca, emulando al nazi que interrumpe la función en la película, bromeando con sus dos protagonistas , que le esperan sobre las tablas, cómplices, a la espera de indicaciones.

Poco más les hace falta a los tres para recrear el ambiente de ‘El amor en su lugar’ , que evocan calentando en solitario y, sin más música que el móvil del director y algún sutil apunte, cantando ‘Without you’ , el tema principal del filme, con la letra original del polacojudío Jerzy Jurandotlos y la música que compuso para la ocasión Víctor Reyes.

Afinan por turnos, cierran los ojos y se echan las manos a la espalda. Y, como un mago que saca el conejo de la chistera por sorpresa, unen sus voces en un espectáculo único, sin más artificios que su talento innato.

No hay aplausos desde la platea, tan solo la admiración de quien asiste a una función que, como en la película, sucede sobre el escenario, pero también entre bambalinas .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación