Los Krafft: un matrimonio cautivado por los volcanes

El documental 'Fire of Love' se estrena el 26 de agosto y cuenta la historia de dos vulcanólogos que consagraron su vida al estudio de este fenómeno

Maurice y Katia Krafft en una de sus investigaciones sobre los volcanes Caramel films

Clara Mollá Pagán

Katia es geoquímica y Maurice geólogo. El Etna y el Stromboli, sus referentes. Juntos compartieron una vida apasionante, un amor volcánico y profundo vivido al límite. Conscientes de que la realidad y su sentido les desborda, y de que sus vidas son ínfimas respecto a la del volcán, en la década de 1970 inician una búsqueda conjunta de más de dos décadas cautivados por este fenómeno. Zaire, Hawaii, Indonesia, Estados Unidos, Japón… A partir de 200 horas de material de archivo inédito y de las notas y escritos personales de Katia y Maurice, la artista Miranda July nos cuenta el universo de estos dos vulcanólogos que mueren trágicamente durante una erupción.

Sara Dosa, una joven directora fascinada con la forma en que los seres humanos siguen encontrando sentido a las relaciones con la naturaleza, se ha lanzado a este nuevo documental que se estrenará el 26 de agosto. Llegó a Katia y Maurice a través de las investigaciones que realizó para su último proyecto: ‘The Seer and the Unseen’. Su idea era comenzar la película con imágenes volcánicas y al buscar material, el camino le llevó a este matrimonio: «A medida que aprendía cosas sobre ellos, me enganché por completo a la naturaleza de su relación. No era solo una relación entre Maurice y Katia; era casi un triángulo amoroso entre ellos dos y estos fenómenos». No hay Maurice y Katia sin volcanes y eso le llevó a indagar muchas otras cosas: la relación humana con la naturaleza y la capacidad de sentirla, la creación, la destrucción, el amor y el sentido de la vida.

La directora espera que con esta película se conozca la vida de Katia y Maurice, su relación como matrimonio y con los volcanes que hace de sus vidas un camino pleno: «Acercarse a lo que amas te ayuda a comprender mejor las cosas. Así se vive una vida con sentido y, en última instancia, la muerte también tiene sentido. Katia y Maurice lo demuestran tanto en sus vidas como en sus muertes. Ese es el mensaje clave que espero que nuestras audiencias se lleven a casa».

Amor y decepción

«Los volcanes y Katia son una historia de amor para mí». Así define Maurice la relación con su mujer y su otra gran pasión. El amor es el hilo conductor de esta gran historia que, como indica su directora, conforma «una relación única» y la asemeja a «un mayor entendimiento de la naturaleza y de la humanidad». El asombro por la creación, en concreto por este fenómeno, une las vidas de Katia y Maurice para siempre. Desde que se conocen en la Universidad de Estrasburgo sus vidas no se separan hasta el último aliento. Con poco dinero, ahorran para un viaje a Stromboli en el que fotografían su erupción. Ambos, que se consideran «bichos raros» como reconoce Katia, encuentran en el otro un lugar de descanso y una vía de redención para con la humanidad.

Imagen del documental 'Fire of Love'

Su decepción con la raza humana parece inquebrantable y consideran que el mundo es un reino de destrucción. Katia y Maurice nacen durante la Segunda Guerra Mundial y ante sus ojos solo ven el horror de una guerra y hasta qué punto es capaz de llegar el ser humano por el poder. Ambos encuentran en los volcanes la presentación más auténtica de la creación y se convierten en testigos de su fuerza. «Este romance entre ambos y la pasión por este fenómeno les lleva a conocer a otras personas que se desplazan con ellos en sus investigaciones y que se convertirán en amigos, a los guías que les ayudan a transportar el material. En este proceso redescubren al ser humano y vuelven a tener esperanza en el hombre», indica Sara Dosa.

Un camino de redención con la humanidad

Las imágenes del documental muestran a dos personas que están dispuestas a jugarse la vida para estudiar esta manifestación de la naturaleza y sacar buenas fotografías. «No tonteo con la muerte, pero a esas alturas me da igual todo». Pensamientos como el que plantea Katia podría hacer que el público calificara al matrimonio de imprudente, tal y como reconoce la directora. La realidad es que encuentran en su trabajo el cometido de avisar de los peligros de los volcanes grises. «Existe un peligro en esta investigación científica, pero para ellos es el sentido de su vida. Han encontrado en lo que hacen el camino para alcanzar una vida plena y lograda», indica Sara Dosa, que ha evitado a lo largo del trabajo cualquier tipo de juicio de valor que pudiera desfigurar la historia del matrimonio. Durante su carrera como vulcanólogos, Katia y Maurice tratan de minimizar el riesgo de su actividad aunque son plenamente conscientes del peligro que supone ponerse a 30 centímetros de un volcán en erupción o filmar en 16mm como lo hacía Maurice.

El documental muestra el camino de reconciliación que hacen Katia y Maurice con su propia naturaleza, con el hombre y con la creación, en el que descubren también la parte destructiva de los volcanes. También, encuentran el sentido de sus vidas a través de su misión: «Ambos se encuentran en una situación intermedia para mediar entre los hombres y los volcanes», asegura Sara. El matrimonio reconoce en sus investigaciones que tienen la misión de comunicar este fenómeno a los humanos con el fin de escapar a tiempo de una erupción. El volcán es bello, pero mata. De ahí que Maurice pueda afirmar al final de su carrera lo siguiente: «Antes amaba más a los volcanes y vivía alejado de los humanos. Ahora, amo más a los humanos».

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