LA NARANJA MECÁNICA APARECE. Robben, en el suelo, recibe las felicitaciones de sus compañeros por su gol. / REUTERS
alemania '06

Robben deslumbra ante Serbia

Los balcánicos nunca se dieron por perdidos, pero fueron incapaces de encontrar la forma de cerrar al habilidoso extremo izquierdo holandés

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En el mismo lugar y a la misma hora que España debutará el miércoles en el Mundial, en el Zentralstadion de Leipzig, Holanda sacó adelante un complicadísimo partido ante Serbia y el Campeonato disfrutó de un jugador que está llamado a ser una de sus grandes estrellas. Se llama Arjen y se apellida Robben. Tiene 22 años y es mas alto de lo que parece, ciento ochenta centímetros le separan del suelo, pero sobre todo es un futbolista especial, de los que ya quedan pocos por la posición que defiende con orgullo.

Un extremo-extremo, de los que abre el campo, trabaja su banda, la izquierda, desde la línea divisoria a la de fondo, encara, caracolea, dribla y tiene la misma habilidad para sacarse el centro, que para el remate final. Poco más puede hacer un jugador de lo que ayer hizo el hombre de Chelsea que tanto gusta a Camacho y Del Bosque y al que seguro que intentarán fichar si Juan Palacios es presidente del Real Madrid. Afrontó la responsabilidad y pronto se dio cuenta de que al defensa que precisamente Ilija Petkovic había sacado para marcarle -no es titular-, le temblaban las piernas cada vez que le perfilaba en el uno contra uno. También se dio cuenta de ello todo el equipo holandés que cargó el juego para esa banda zurda. Van Persie, otro zurdo, pero situado en la banda derecha se desesperaba al ver como sus compañeros se olvidaban de él, pero sin embargo nunca abandonó su posición, fue fiel al dibujo de su equipo y sólo en la segunda parte cuando entró Kuijt el jugador del Arsenal pudo entrar en acción.

No es extraño que al final del partido Van Basten y sus chicos celebraran el triunfo con sus veintiantos mil compatriotas como si fuera algo más trascendental que los tres puntos del primer partido. Ellos mejor que nadie sabían que acababan de vencer a un equipo al que es muy difícil hincarle el diente. Ganar a Serbia tiene un valor añadido por la igualdad que encierra el grupo y porque los balcánicos no se rindieron nunca y tuvieron sus oportunidades. Tanto al principio del partido, un par de ellas de Milosevic, como al final cuando el gigantón Zigic sembró el pánico entre la defensa naranja por su poderío en el juego aéreo.

Lo mejor del partido estuvo en la pierna izquierda de Robben. Él marcó el tanto en una jugada de tres toques, en una rápida transición defensa-ataque, que pilló muy adelantada a la zaga Serbia y entre el toque de Van Persie y la velocidad y destreza en el remate final de Robben, los holandeses encontraron un resquicio por el que encaminarse hacia el triunfo. A partir de ese tanto, Robben pudo hacer un par de ellos más y terminó de enloquecer a su marcador que no llegó ni al descanso. Antes fue sustituido por Koroman y en la reanudación el técnico serbio retocó todas sus líneas para intentar frenar a un hombre que no olvidará fácilmente porque ayer le ganó el partido.

Abuso al final

Duljaj, un centrocampista, pasó al lateral derecho para no darle un metro, Koroman se colocó por delante, Stankovic a la izquierda, Pedrag Djordjevic en el centro y arriba el recién salido Zigic. Con este montaje, Robben ya no desbordó con la misma facilidad, pero continuó haciendo de las suyas por la banda, aunque al final, borracho de éxito, abusara un poco del balón y pecara de individualismo en unas cuantas jugadas que tenían otro final que no era su penúltimo regate o su disparo forzado y con su pierna mala.

Holanda supo masticar la victoria y no arriesgó en la segunda parte. Prefirió asegurar el balón con su fútbol fácil y natural y se cuidó mucho de proteger a un Van der Sar muy atento y atinado en el juego aéreo montado en torno a Zigic. Dio la sensación de que tiene más fútbol que el mostrado y jugadores como Van Nistelrooy o Van Persie deben aparecer mucho más. Claro que a lo peor no fue culpa suya, sino de su compañero Robben que eclipsó al resto y nos maravilló a todos. 0 1