MODAS TELEVISIVAS. Alonso opina que el imperio de la información de cotilleo terminará pasando.
MANUEL ALONSO DEFENSOR DEL ESPECTADOR DE TVE

«Si la familia Jurado ha estado a gusto, su intimidad no se ha visto afectada»

De las más de doscientas quejas que recibe cada mes, la mayor parte se centran en la programación y en los cambios de horario de los espacios

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Manuel Alonso Erausquin (San Sebastián, 1946), el primer Defensor del Espectador de TVE, tramita cada mes una media de doscientas observaciones de la audiencia sobre el medio. Voluntarioso y de gran tesón, habla de una televisión competitiva en la que hay poco lugar a la innovación y reflexiona sobre si se han cometido excesos en el tratamiento que la televisión ha dado a la muerte de Rocío Jurado.

-¿El espectador ya se ha acostumbrado a recurrir a usted?

-Se están recibiendo unas doscientas comunicaciones cada mes. Algunas son meras opiniones que no se ajustan a mi función, que es averiguar si se ha cumplido o no la legislación. Pero se contesta prácticamente a todas, excepto a las que insultan. Y también en ese caso se les escribe para decir que no contestamos improperios. El 20% son observaciones favorables y el 80% restante plantean quejas de corte más negativo.

-¿De qué protestan?

-En mayo, de las 228 consultas más de la mitad se refieren a programas. Y 42 de ellas se refieren a cambios de horario.

-Es que se retiran o trasladan un buen número de programas por falta de audiencia

-La competencia crea tal nerviosismo en la programación que no permite que se asienten los espacios. Eso crea, en mi opinión, un efecto perverso al proponer fórmulas que ya han tenido éxito. Tenemos una televisión muy igual que se imita a sí misma. Nadie quiere arriesgar en innovación. Camera café es un ejemplo de cómo manteniendo una apuesta que en su inicio tenía poca audiencia se puede alcanzar el éxito. Claro que se trata de un programa muy barato y pudo aguantar.

-Se ha abierto un debate sobre el tratamiento de la muerte de Rocío Jurado en televisión. ¿Ha habido excesos?

-Es lo mismo que decía antes, que las televisiones se copian a sí mismas. Cada una ha manejado las mejores armas que tenía. El éxito de TVE se ha basado en el ingente archivo que tenía. Otros programas han insistido en el cotilleo. Pero la función del defensor del espectador es ver si se cumple la legislación. ¿Se ha visto afectada la intimidad de la familia en el tratamiento de este caso? A lo mejor, pero si la familia está en medio del ciclón y está a gusto... La intimidad de Rocío Dúrcal se respetó porque la familia quiso.

«El chafardeo gusta»

-¿La gente recurre a los programas de cotilleo por gusto o porque es lo que hay?

-Es una pescadilla que se muerde la cola. Son modas, ahora gusta el chafardeo, que va subiendo las cuotas. Y muchas personas llegan a la obscenidad de desnudarse por dentro en la televisión. Eso no deja de ser un espectáculo, que puede ser insano, pero se ve. ¿Qué hay que poner enfrente ? Algo con más atractivo. Ahí está la apuesta de los programadores. Pero esta moda pasará.

-¿Han cambiado mucho los gustos del espectador?

-Se supone que gusta lo que más se ve. ¿Pero gustaría otra cosa si se le ofreciera? El problema de los índices de audiencia es que quien más televisión ve es el que más vota a través de los audímetros. Es decir, que quien ve seis horas de televisión está votando más veces que quien consume una hora. Eso no es democrático. Por tanto, los índices de audiencia reflejan los gustos de los que más televisión ven.