Mauricio González-Gordon sustituye a Espinosa al frente de González Byass

González Byass comunicó ayer que Mauricio González-Gordon, vicepresidente de la compañía desde 1998 y miembro de la quinta generación de la familia González, ha asumido la presidencia en funciones de la empresa después de que Carlos Espinosa de los Monteros haya dejado el cargo tras dimitir en la sesión del consejo de administración celebrada ayer mismo.

En la misma sesión, el consejo nombró a Pedro Rebuelta González, también miembro de la familia, nuevo consejero ejecutivo de la compañía.

Espinosa de los Monteros se incorporó a la firma en 1998 como consejero consultor. Posteriormente, a propuesta de la familia propietaria de la empresa, asumió la presidencia, posición que ha venido desempeñando durante los últimos cinco años.

Además Pedro Ballvé, presidente de Campofrío, quien se incorporó el mismo año como consejo consultor, también ha abandonado el cargo.

Todos estos cambios refuerzan el papel de la familia propietaria de las bodegas en los órganos de dirección de la empresa, después de una etapa en la que la compañía ha llevado a cabo una fuerte actividad inversora con apuestas como la adquisición de Croft, importante marca de Jerez en el Reino Unido, donde posteriormente constituyó González Byass UK, corporación destinada a la distribución de sus marcas. Por otra parte, se ha construido una bodega en el Penedés, a la que se ha sumado la recientemente inaugurada en Castilla-La Mancha. Paralelamente y en asociación con Campari se creó Summa, sociedad dedicaba a la distribución de las marcas de ambas corporaciones en España.

El consejo, tras la sesión en la que se han consolidado tan importantes cambios, quiso manifestar su reconocimiento y agradecimiento a los señores Espinosa de los Monteros y Ballvé por «su dedicación y entrega a la compañía durante los ocho años que han permanecido vinculados a la misma.

Hay que recordar que durante el pasado ejercicio, la empresa propiedad de la familia González que cuenta con marcas tan destacadas como Tío Pepe, Beronia, Lepanto, Chinchón y Altozano, facturó 213 millones de euros, de los que algo más del 50% correspondió a los mercados internacionales en los que está presente la compañía.