ICONO. El Reina Sofía articula la exposición alrededor del 'Guernica' (1937), que recibirá la visita de 'Masacre en Corea' (1951), procedente del Museo Picasso de París.
Cultura

Picasso: la modernidad nace de la tradición

Grandes expertos en la obra del artista valoran la muestra conjunta que acogerán El Prado y el Reina Sofía

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El mayor revolucionario de la historia del arte contemporáneo se veía a sí mismo como heredero de una larga tradición. No es una paradoja. Pablo Ruiz Picasso se sentía atado a una cadena que tenía como eslabones a El Greco, Rembrandt, Velázquez, Delacroix o Goya. Ese sentimiento le llevó en 1947 a poner una sola condición para ceder varias obras suyas al Museo de Arte Moderno de París: sólo durante una noche quería ver sus cuadros colgados en la sala de pintura española del Louvre. Compartir escenario con sus genios más admirados.

Casi como un regalo en el 125 aniversario de su nacimiento, los museos de El Prado y el Reina Sofía cumplen el viejo sueño del artista malagueño. Por primera vez en la historia, ambas instituciones organizan una exposición conjunta que gira sobre ese principio esencial: la relación del artista con los grandes pintores del pasado, combinada con su papel esencial en la modernidad.

Picasso. Tradición y vanguardia reúne más de un centenar de obras procedentes de diversas partes del mundo. El Museo de Arte de Cleveland, el Kunstmuseum de Basilea, el Centro Georges Pompidou de París, el Museo de Arte Moderno de Nueva York o el Museo de Philadelphia han cedido piezas de Picasso para componer una retrospectiva que todos los especialistas resumen con la misma palabra: irrepetible.

A pocos días para la inauguración de la muestra -prevista el 6 de junio-, algunos de los mayores expertos de todo el mundo en la obra del genio malagueño comentan para LA VOZ la trascendencia de esta iniciativa. Un hito llamado a permanecer en la memoria.

ROBERT ROSENBLUM

Catedrático Universidad de Nueva York

«El montaje cumple un gran deseo de Picasso»



Siempre que puede, Robert Rosenblum reconoce que el artista malagueño es una de sus «grandes debilidades». El experto compara a Picasso con el dios Jano, representado en la Antigüedad como una cabeza con dos caras de perfil que simbolizaban su capacidad de mirar al mismo tiempo al pasado y al futuro. «En las primeras décadas del siglo XX, Picasso surgía como un aventurero que se adentraba en el futuro para destruir el pasado, pero con el paso de tiempo, sobre todo ahora en el siglo XXI, se aprecia que está cada vez más inscrito en la tradición», argumenta el crítico.

Genios frente a frente

El profesor de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York también reflexiona sobre el montaje de la exposición madrileña, que pone frente a frente el Guernica (1937) picassiano con Los fusilamientos de la Moncloa (1814) de Goya. «Su relación con Goya es especialmente fuerte y esta yuxtaposición cumple uno de los mayores deseos de Picasso, al trasladar el mensaje de las pinturas de Goya al bombardeo de la ciudad vasca», aclara.

Rosenblum prosigue su argumentación: «El mismo Picasso comentó las conexiones entre las dos pinturas, en especial las fuentes de luz artificial (no natural) que en ambas creaciones son símbolos de muerte». El especialista concluye: «Hay infinitos paralelismos entre las dos pinturas, por ejemplo destacan las referencias a la iconografía cristiana (la Crucifixión o la Piedad) que es violada por la barbarie de la guerra».



MARILYN McCULLY

Profesora de las universidades de Princeton y Yale

«Representa todas sus etapas creativas»



Para Marilyn McCully, uno de los mayores logros de Picasso. Tradición y vanguardia reside en su capacidad retrospectiva. No en vano, la muestra comienza con La vida (1903) y culmina con el primer retrato de la serie de los mosqueteros, realizado en 1967. Así, la exposición madrileña abarca la evolución del artista desde los 22 hasta los 86 años. «El montaje representa todas las etapas creativas de Picasso en diferentes momentos de su vida», resume la profesora de las universidades de Yale y Princeton.

McCully también inscribe al genio malagueño en la tradición de los grandes maestros españoles, aunque al mismo tiempo destaca «su capacidad pa-ra reinventar el pasado con su propio lenguaje». Asimismo, la historiadora recuerda que Picasso no sólo se vio influido por los artistas del pasado, sino que también dejó su impronta en creadores contemporáneos, como fue el caso de Juan Gris o Henri Matisse, como explica la especialista.

Ésta es, en opinión de McCully, la «encrucijada» que plantea la exposición comisariada por Carmen Giménez y Francisco Calvo Serraller. «Picasso se veía a sí mismo como heredero de una gran tradición, una tradición en la que se inspiró, pero a la que también contribuyó con su propia obra, tal y como aparece en la muestra de Madrid», argumenta McCully.

Por eso, la historiadora norteamericana comenta que el recorrido cronológico que plantea la muestra puede facilitar al espectador la comprensión del viaje creativo que emprendió el genio durante toda su vida.

JUAN ANTONIO RAMÍREZ

Catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid

«Su importancia es, sobre todo, emotiva»



«Es difícil decir que en Picasso haya una influencia concreta». Juan Antonio Ramírez es uno de los especialistas más reconocidos en la obra del artista malagueño y con ese bagaje matiza: «Las referencias varían según el periodo; además, Picasso siempre superó las influencias con su propia personalidad».

Ramírez reitera que la exposición de El Prado y el Reina Sofía no plantea ideas novedosas para los especialistas y sitúa la aportación del proyecto en un plano más «emotivo». «El resultado de unir en vivo las obras de Picasso con la de estos artistas es difícil de prever ya que no se ha hecho nunca. Las hemos visto juntas en los libros, pero su efecto en la misma sala es una incógnita, por eso hay tanta expectación por saber qué pasa», aclara el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.

En opinión de Ramírez, en los museos madrileños que acogen la muestra de va a producir «un diálogo entre las auras de las obras» realizadas por los grandes maestros. El experto finaliza su explicación: «Es un experimento excitante, aunque puede que no aporte novedades desde el punto de vista intelectual, se trata de un encuentro muy atractivo que es difícil de repetir».

MARÍA TERESA OCAÑA

Directora del Museo Nacional de Arte Moderno de Cataluña

«Muestra la capacidad analítica de Picasso»



Durante más de 20 años ha estado al frente del Museo Picasso de Barcelona, desde donde ha dado un impulso esencial a la investigación de la obra picassiana. Desde la dirección del Museo de Arte Moderno de Cataluña, Ocaña cree que la exposición que abrirá sus puertas el próximo 6 de junio muestra «el impotente artista que es Picasso». Con esta máxima, la especialista reitera que la muestra ofrece a un creador «anclado en la tradición que al mismo tiempo rompe todos los moldes».

Ocaña destaca que Picasso. Tradición y vanguardia ofrece al espectador una muestra de la «extraordinaria capacidad analítica» del artista. Esta capacidad se observa, por ejemplo, en la serie sobre Las Meninas de Velázquez que realizó el malagueño en 1957 y que se ahora se podrá ver en el Museo de El Prado junto al clásico de Velázquez.

Una creatividad propia

«Picasso es un clásico desde su modernidad», añade Ocaña, que también recuerda la formación que el artista recibió en su juventud. «Fue un proceso que siguió los cánones académicos. Picasso asimiló esos conocimientos y luego los desarrolló a través de su propia creatividad», prosigue.

Por último, Ocaña comenta que la exposición muestra a un Picasso «cronista de su tiempo», en referencia a las obras que tienen como telón de fondo los acontecimientos de la segunda guerra mundial. Y concluye: «En todo lo que hizo fue un rompedor y su ruptura sigue todavía vigente».