«Al compañero que más voy a echar de menos es al doctor Vilches»

El Hospital Central despide hoy al celador Rusti, uno de los personajes más entrañables que han pasado por su servicio de Urgencias. Rostro habitual desde el comienzo de la serie, Ángel Pardo se ha ganado, capítulo a capítulo, el cariño del público y el de sus propios compañeros, que esta noche le arroparán en su último capítulo.

-La primera pregunta es obligada. ¿Por qué deja la serie?

-Tras siete años ejerciendo como celador en Urgencias, los guionistas y yo mismo hemos decidido que sería muy saludable dar a Rusti un respirito. El personaje ha evolucionado muy bien a lo largo de estos años, pero en estos momentos se había estancado.

-Entonces, ¿no es un adiós definitivo?

-Para nada. Es una salida que queda completamente abierta, ya que Rusti no va a morir, sólo va a dejar su trabajo en el Central para comenzar una nueva vida en el campo. Está previsto, incluso, que si en un futuro los guionistas deciden su regreso, vuelva más potenciado.

-De todos modos, le habrá resultado difícil despedirse de Rusti...

-Ya lo creo. Además, los finales son siempre tristes. Han sido muchos años de trabajo, en los que tanto los que formamos el equipo artístico como el técnico hemos convivido intensamente durante días y días. Poner fin a una relación de tanto tiempo es muy duro.

-¿Qué ha supuesto este personaje en su carrera?

-Ha sido todo un espaldarazo. Cuando me ofrecieron este papel, yo ya había participado en varias series de televisión, entre ellas Farmacia de guardia, donde interpretaba a Chencho, el camarero del bar que estaba enfrente de la botica. Pero Hospital Central ha reafirmado que la tele es mi profesión.

-Cuando le ofrecieron trabajar en Hospital Central, ¿imaginó que la serie tendría tanto éxito?

-El producto era muy bueno, pero en la TV nunca sabes lo que va a pasar. Yo ya había trabajado en otras producciones que no llegaron a cuajar porque no contaron con el apoyo de la audiencia. Acepté el papel encantado sin pensar en nada más que hacer bien mi trabajo e ilusionado porque suponía un cambio de registro para mí.

El «sofocón» emotivo

-A lo largo de estos años, por las Urgencias de Hospital Central han pasado puntualmente un buen número de actores invitados. ¿Destacaría a uno entre los demás?

-La verdad es que con todos ellos he tenido una buenísima relación. Pero si tengo que destacar a alguien, me quedo con Manuel Aleixandre, con quien ya había trabajado en el teatro, y con Agustín González.

-¿Qué recuerdo más entrañable se lleva de la serie?

-Tengo muchos, pero lo que no olvidaré jamás es el aplauso que todo el equipo me dio el último día de rodaje. Esa manera de reaccionar ante mi marcha me llegó muy adentro, y aunque hice un verdadero esfuerzo para no emocionarme, me llevé un gran sofocón.

-Y siguiendo en plan nostálgico, ¿a cuál de sus compañeros del Central va a echar más de menos?

-Es difícil elegir entre todos ellos, pero quizá a Jordi Rebellón (doctor Vilches). Además de un magnífico compañero, es un gran amigo. Y tanto Antonio Zabalburu (Javier Sotomayor), un buen amigo también, como Diana Palazón (Laura), magnífica profesional, han sido para mí un gran descubrimiento.

-Tras esta etapa a la que pone punto y final esta noche, ¿qué proyectos tiene a la vista?

-A partir de junio comienzo en Cuba el rodaje de una serie para las autonómicas, que lleva por título Profesor en La Habana, en la que participan también Juanjo Puigcorbé y Carla Hidalgo, entre otros, y en la que doy vida a un gay sin pluma, que es el director de escena de un cabaret. También voy a hacer para teatro Barata, con Toni Cantó como productor y actor.