Economia

La OCDE eleva en una décima la previsión de crecimiento de España para este año

El deterioro de la balanza exterior y el riesgo de vuelco inmobiliario amenazan a la economía española, que avanzará en 2007 tres décimas menos de lo estimado

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«La zona OCDE entra en su quinto año de expansión económica», se felicita la organización que agrupa a los 30 países más desarrollados del planeta en su informe semestral de primavera, divulgado ayer en París. España se contagia de este optimismo y la OCDE eleva su previsión de crecimiento para este año en una décima. Sus analistas pronostican que el ciclo virtuoso de la economía mundial va a continuar e incluso amplificarse el próximo año y medio «gracias a condiciones favorables en los mercados financieros y a una inflación controlada» que contrarrestarán «el efecto de frenado ejercido por la subida de los precios de la energía y su inestabilidad».

Un crecimiento vigoroso en conjunto, pero -advierte- también «vulnerable». Este mensaje se traduce en una revisión al alza de las perspectivas de aumento del Producto Interior Bruto (PIB) de los países de la zona para este año que se situará en el 3,1%, frente al 2,9% anticipado por la OCDE en otoño, y después del 2,8% registrado en 2005. La previsión para 2007 se mantiene sin cambios en el 2,9%.

Para España, la OCDE eleva una décima hasta el 3,3% su anterior estimación de crecimiento para este año, con lo que iguala la presentada el mes pasado por el Fondo Monetario Internacional. Por contra, para 2007 recorta tres décimas su pronóstico, que queda en un 3% frente al 3,2% del FMI.

Expansión equilibrada

El vicepresidente económico español, Pedro Solbes, que asiste al Consejo de Ministros de la organización en París, estimó que la expansión de los dos próximos ejercicios, aunque algo más moderada, responderá a un patrón «más equilibrado» de crecimiento. La contención de la demanda interna no impedirá el avance ritmo sostenido de la inversión, y se recortará el déficit exterior, dijo.

Por regiones, Estados Unidos seguirá llevando la batuta este año con una tasa de crecimiento del 3,6% (una décima más que hace seis meses), mientras Japón experimenta una mejoría sustancial hasta el 2,8% frente al 2% calculado en noviembre. Aunque su actividad ha repuntado, la zona euro seguirá a remolque con una tasa del 2,2% tras el 1,4% de 2005.

Estos cálculos se basan en una hipótesis de estabilización del precio del barril de petróleo en torno a los 70 dólares. En caso de persistencia de la presión inflacionista de las materias primas, la OCDE admitiría en la eurozona un encarecimiento del precio del dinero que ahora considera innecesario.

En el otro platillo de la balanza, el informe pone en guardia contra una serie de riesgos que se «han acentuado recientemente» como los desequilibrios financieros internacionales o los precios de la vivienda. Ambas amenazas cobran una especial dimensión en España, según los expertos de la OCDE.

En 2007 China y Japón deberían generar excedentes corrientes del orden del 5,5% al 6%, y Alemania, del 4,5%. Al mismo tiempo, EE UU presentaría un déficit del 7,6% y aún mayor España, del 10%. Una reabsorción brutal de estos desequilibrios perjudicaría a las economías más frágiles, a empezar por la zona euro. El estudio contempla una depreciación del dólar «de un tercio a la mitad» para operar un reequilibrio juzgado inevitable.

En el caso español, la agravación de los números rojos obedece a que el encarecimiento de los hidrocarburos tiene un mayor impacto debido al elevado grado de dependencia energética de las importaciones de petróleo y gas. Del récord del 7,4% alcanzado en 2005, el déficit por cuenta corriente pasará al 8,9% este año y al 9,8% en 2006.

El vicepresidente económico del Gobierno español anunció que el Ejecutivo ya ha programado medidas para frenar la escalada del déficit corriente y mencionó los planes destinados a mejorar la competencia de los mercados y a la reducción del consumo energético.

La OCDE también cita a España, junto a EE UU y Francia, entre los países expuestos a un riesgo elevado de vuelco en el mercado inmobiliario. Esa amenaza de ajuste duro está condicionada a que la tendencia alcista del precio de la vivienda se mantenga este año al mismo ritmo y que continúe la subida de los tipos de interés a largo plazo.