Un momento del recital. / LA VOZ
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Gran éxito del cantaor jerezano Jesús Méndez en el ciclo flamenco de Bilbao

El recital, acompañado a la guitarra por Miguel Salado, se centró en la soleá

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Desde el pasado mes de febrero, se vienen ofreciendo unas conferencias flamencas, ilustradas con actuaciones en el Salón Cultural de la BBK en Bilbao, en la que Jerez está teniendo un peso muy específico. Tras las intervenciones de José Manuel Gamboa con su guitarra, José María Velázquez Gaztelu sobre el baile y Alfredo Benítez Valle (contertulio del programa Los Caminos del Cante) sobre el mundo de la siguiriya llegó el turno para analizar y estudiar el cante por soleá. Si en la anterior convocatoria el peso interpretativo de la ilustración artística recayó sobre Ezequiel Benítez y Antonio Higuero, en esta ocasión cupo el honor al joven Jesús Méndez, una de las más firmes promesas del cante jerezano, quien estuvo escoltado por Miguel Salado.

La conferencia, a cargo de quien suscribe, fue una exposición lo más didáctica posible para dar a comprender los claves esenciales que definen el género rector de la soleá y toda su amplia familia. En primer lugar, explicando su estructura literaria, formada por cuartetas y tercetas octosilábicas asonantadas; su compás de amalgama de doce tiempos y la forma por la que, en virtud del ritmo interpretativo, nos lleva a distintas denominaciones del estilo; sus antecedentes y los lugares más emblemáticos del origen y la evolución posterior de uno de los estilos flamencos por antonomasia.

Intercalando palabra y cante, Jesús Méndez y Miguel Salado comenzaron con unos ejemplos de romance y alboreá, muestrarios clave para comprender el origen, asociado a lo bailable, de la estructura de estos cantes. Luego, se introdujo en la soleá propiamente dicha, incorporando algunos ejemplos de Alcalá, Cádiz y Jerez. Jesús tiene una voz limpia y segura que lo lleva rápidamente a identificarse con la Plazuela jerezana, en concreto con los registros que hacen grande a su saga de los Méndez y ciertas concesiones que ejecuta siguiendo la manera de interpretar de los hermanos Manuel y Luis Moneo, de quien afirma ser un gran admirador. Aligerando un poco el compás la soleá nos lleva directamente a la bulería por soleá. Si bien este estilo que, en un principio podríamos considerar híbrido entre la soleá y la bulería, fue tomando perfiles propios con un gran calado jerezano. Ambos intérpretes hicieron un alarde en estilos de la Moreno, Frijones y Carapiera.

Homenaje a La Paquera

En el tramo final, se hizo escala en el universo anímico de las cantiñas y alegrías, subrayando el concepto genuino e ingenioso de Cádiz y los matices que esta ciudad le dio a la soleá bailable para convertirla en sus cantes más emblemáticos. Tras interpretar algunas modalidades de cantiñas, los tres intervinientes nos pusimos de acuerdo para tributar un sentido homenaje a Francisca Méndez Garrido La Paquera de Jerez. En primer lugar, porque resulta curioso que la única peña flamenca a su nombre esté en el País Vasco. También por los lógicos motivos de filiación del intérprete y el segundo aniversario de la desaparición de la Reina de la Bulería.

De este modo, dedicándole el tramo final de la charla, Jesús dedicó a su tía lo mejor de su cante por bulerías, acompañado por el soniquete elegante de Miguel Salado. Un coloquio y dos fandangazos rubricaron la aventura flamenca y jerezana en Euskadi.