Aparejo que fue requisado el viernes en una inspección conjunta del Seprona y la Junta. / LA VOZ
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El Seprona requisa el primer tren de bolos tras las denuncias de pescadores de Conil

El aparejo fue hallado en el puerto de Rota y se investiga quién es su dueño El Ministerio prohibió su uso por su impacto negativo en los fondos rocosos

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Un pesado aparejo de pesca fue intervenido el pasado viernes en el puerto de Rota, tras ser descubierto durante una inspección realizada conjuntamente por funcionarios de la Junta y agentes del Seprona. La importancia de esta actuación radica en que el arte requisado es un tren de bolos, un instrumento que ha provocado oleadas de críticas por su impacto grave en los fondos marinos.

En la zona de Conil estas quejas se tradujeron en denuncias de los pescadores de la cofradía conileña por entender que estaban sufriendo «una competencia desleal» por parte de compañeros onubenses y de El Puerto, que, según dichas denuncias, hacen uso de este arte pese a que fue prohibido recientemente por el Ministerio de Agricultura y Pesca.

Así, el instrumento requisado se trata del primer tren de bolos que se interviene en la provincia de Cádiz después de las quejas de los pescadores de Conil y tras la entrada en vigor de la orden ministerial APA/910/2006, de 21 de marzo, y que se hizo efectiva diez días después.

El tren de bolos es un aparejo empleado en la pesca de arrastre, que según numerosos estudios científicos y de carácter ecologista, se ha comprobado que deja importantes daños en los fondos marinos, ya que entra en acción en zonas rocosas a donde no tienen acceso las herramientas tradicionales, esquilmando así recursos marinos de gran importancia para la conservación ambiental.

Pero ésta no es la única consecuencia negativa. El secretario general de la Cofradía de Pescadores de Conil, Nicolás Fernández, describe las grandes diferencias que existen entre los beneficios que obtienen los pescadores de arrastre que utilizan el tren de bolos, y aquellos que cumplen con la actual normativa. «Esta herramienta permite la captura de peces de piedra como el bocinegro, la corvina o el pargo. Estas especies no bajan de los 15 euros el kilo en la lonja».

Estas preciadas capturas permite a las flotas que emplean este aparejo ilegal «obtener en venta entre 18.000 y 24.000 euros a la semana; frente a los 5.000 o los 6.000 euros que ganan sus compañeros con artes legales». Estas cantidades se traducen en jornales de entre «150 y 200 euros semanales para los que no utilizan el tren y más del triple para los otros».

Conflictos a pie de lonja

Nicolás Fernández advierte de que estas diferencias pueden degenerar en conflictos y peleas a pie de lonja y vuelve a señalar a pescadores de El Puerto y de Huelva como los principales usuarios del tren de bolos. Curiosamente, del primer aparejo requisado por el Seprona, tras las denuncias de los pescadores, no se sabe aún a quién pertenece, ya que nadie reclamó su propiedad cuando intervinieron los inspectores. En estos momentos se está investigando su procedencia para sancionar a su dueño.

Desde el Seprona y el Servicio de Inspección Pesquera de la Junta están intensificando las actuaciones en los puertos para detectar más aparejos ilegales y erradicarlos; un incremento que no ha pasado desapercibido entre los pescadores. «Sí que están aumentando los controles, que deben terminar con esta práctica que destroza las posibilidades de futuro de los caladeros».