Cultura

Hasta Gorki era sospechoso

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Era el escritor del régimen, el amigo de Lenin, el autor de La madre, pero nunca estuvo libre de sospecha. La apertura de los archivos del KGB ha descubierto que Máximo Gorki no estuvo libre de cometer graves injusticias.

Gorki estuvo vigilado muy de cerca y en 1920 Lenin le sugirió abiertamente la posibilidad de que se marchara a Italia o a Davos (son los dos lugares que citó) para... cuidar su salud. «Si no se va, le obligaremos a exiliarse». Y se fue. Años después, muerto el gran líder, regresó. Parecía otro. Varios escritores se dirigieron a él por carta denunciando la realidad del país y la persecución sufrida. No es que no les hiciera caso, sino que incluso llegó a escribir algún artículo contra ellos.

Un día organizó una comida en su casa, a la que asistieron Stalin y un puñado de dirigentes de la Unión de Escritores, todos au-tores mediocres pero muy bien situados en el escalafón político. Fue una comida distendida, de risa tan abundante como el vodka. Pocos años después, una cuarta parte de los escritores que se sentaron a aquella mesa habían muerto y no por causas naturales. Incluso el propio Gorki fue objeto de una oscura maniobra tras su fallecimiento, que dio como resultado que se difundiera la idea de que había sido asesinado en el transcurso de una conspiración contra Stalin.