Cocina con letras grandes

Lo primero que llama la atención de Cocina sencilla y saludable para mayores es la letra grande en la que está impresa la obra. Julio de la Torre Fernández-Trujillo, especialista en antropología de la Salud, y José Manuel Pérez Moreno, especialista en patología digestiva, han cuidado hasta el último detalle en su obra para conseguir que los mayores se acerquen a los fogones para disfrutar de la comida.

Consideran que es muy importante lograr que este colectivo, muchas veces agobiado por tener que hacerse la comida para ellos solos, obtenga las suficientes satisfacciones como para ser capaces de disfrutar comiendo y así cuidar su salud, muchas veces deteriorada por un régimen de comidas insuficiente ya que por no tener ánimos se limitan a un vaso de caldo o de leche o un yogur.

Cocina sencilla y saludable para mayores está en las librerías desde hace pocos días. El texto ha sido editado por Quorum Editores y, a lo largo de 300 páginas, aborda cuestiones que van desde cómo comprar los alimentos, cómo cocinarlos o cómo comerlos para procurar que la dieta sea lo más saludable y atractiva posible.

Julio y José Manuel saben de lo que escriben. Pertenecen al Grupo Gastronómico Gaditano y conocen, por su profesión médica, el mundo de los mayores. De ahí que uniendo estas dos pasiones decidieran dar este paso y publicar el libro en el que han trabajado durante dos años. Pérez Moreno resalta que la recopilación y elaboración de las recetas ha sido un trabajo de Julio, experto cocinero y un artista de los postres con los que suele triunfar en las reuniones del grupo gastronómico. La parte más técnica, la de los consejos de salud, ha sido realizada en común.

Para estos dos gaditanos, la comida es fundamental para la salud «y muchas veces no se le presta toda la atención que debiéramos. Es muy importante que la alimentación esté acorde con la actividad y es fundamental que sea variada y que intervengan todos los nutrientes necesarios. Para lograr que las personas se preocupen por esto hay que conseguir que los mayores se motiven para comer y cocinar».

Los dos reconocen que las cosas son difíciles y resaltan una frase común en los mayores «antes no podía comer porque no tenía y ahora que tengo no puedo». Pero se muestran partidarios de emplear la imaginación para solucionar los problemas: «Si alguien, por ejemplo, no puede tomar sal, pues se potencian las especias y así se da otro sabor al guiso. Si alguien tiene mal los dientes pues se escogen unos pescados y unos cortes especialmente tiernos o se varian las presentaciones. Lo fundamental es hacer atractivo el momento de la comida y ya, lo mejor sería, que fuesen capaces de preparárselo ellos mismos ya que así fomentamos que vayan a comprar los ingredientes, con lo que estaríamos aumentando la actividad».

Grupos culinarios

Resaltan que en otros países hay experiencias en este campo, es decir existe la formación de grupos de personas mayores que se reúnen diariamente a comer en casa de uno de ellos, con lo que cada día uno hace de cocinero para los demás. «Sería muy bueno que se formaran grupos como estos aquí -señala De la Torre- porque es una cosa muy positiva ya que combate el problema de la soledad y fomenta las relaciones».

«Se ha cuidado hasta el máximo detalle -afirma Pérez Moreno-. Damos consejos, por ejemplo, sobre los platos que admiten bien la congelación o como aprovechar las sobras para que así un plato que parece muy laborioso, sirva para varias comidas y valga la pena el esfuerzo».

El libro cuenta con dos prólogos, uno de Lalo Grosso, toda una institución en la gastronomía de la provincia de Cádiz y otra de los dos miembros más veteranos del Grupo Gastronómico Gaditano, Rafael Paúl y Eugenio Ba-rea. Estos resaltan el grado de sencillez con el que se han descrito las recetas y la continua mención a platos tradicionales «con los que nuestros mayores se sienten muy identificados».