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Las protestas de 400 viñistas suspenden el pleno del Consejo Regulador del Vino

La acción convocada por COAG evita la aprobación de una tasa sobre la vendimia La falta de consenso sobre el precio de la uva desató ayer una fuerte polémica

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La crisis latente en el Marco de Jerez después de seis meses de negociaciones infructuosas sobre el precio de la uva de la pasada vendimia acabó por estallar ayer durante la celebración del pleno ordinario del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez, cuando alrededor de 400 viñistas irrumpieron en la Casa del Vino de Jerez y lograron suspender la reunión tras permanecer dos horas encerrados.

Alrededor de las 11.30 horas de la mañana comenzaron a llegar los primeros grupos de viticultores que, convocados por COAG, se manifestaron ayer para evitar que el pleno del Consejo Regulador diera luz verde a una tasa extraordinaria sobre la vendimia de 2005 que, en la práctica supone que los compradores de mosto deben pagar tres pesetas que pasarán a un fondo común para gestionar excedentes, pero que una gran parte del sector considera un acuerdo encubierto para fijar el precio de la uva en 56 pesetas (33 céntimos).

A la hora en que estaban convocados los manifestantes -la mayoría de Trebujena y Sanlúcar-, las 12, el patio de la Casa del Vino ya estaba a rebosar a la espera de los acontecimientos. Al mismo tiempo, en la planta alta se desarrollaba una reunión a la que asistieron los dos vocales de COAG, los dos de cooperativas afines a esta organización y los representantes de las organizaciones sectoriales que llevaron la aprobación de la tasa al pleno (Asevi, la patronal bodeguera Fedejerez y las cooperativas de Aecovi).

La reunión sirvió para poco y acabó sin acuerdo, por lo que los vocales se dirigieron al salón de plenos para comenzar a estudiar los puntos del orden día. Ésa era la señal que esperaban los cientos de viñistas en la sede del Consejo del Vino para irrumpir en la sesión plenaria con gritos de «Precio justo», «Plan Estratégico, cumplir el contrato» o «No queremos limosnas. Menos ladrones y más soluciones».

A partir de ese momento comenzaron las tensiones y las negociaciones entre el presidente del Consejo Regulador, Jorge Pascual, y los vocales de COAG y las cooperativas para tratar de buscar una solución a la crisis.

Pascual trataba de hacer entrar en razón a los manifestantes, que se colocaron por todo el salón, incluso a las espaldas de los vocales que en todo momento permanecieron sentados en sus sitios.

Pero nadie estaba dispuesto a salir de allí y dejar que el pleno se celebrara y diera luz verde a una tasa que, como explicaban ayer algunos de los viñistas, «es una traición al Plan Estratégico».

El presidente del Consejo, junto al director general, César Saldaña, fue el que negoció en todo momento entre ambas partes, aunque también fue objeto de muchas críticas por parte de los asistentes, que le recriminaban que «permita que el Consejo Regulador se utilice para aprobar este acuerdo sectorial, en vez de mantenerse al margen».

La situación se hizo insostenible y después de que los vocales declinaran continuar con el pleno sin el punto de la polémica -para no retrasar otras cuestiones como la aprobación de los presupuestos, entre otras-, se decidió suspender la sesión.

Ahí empezó lo más difícil, ya que muchos de los presentes se negaban a abandonar la protesta sin algo más que el haber evitado la aprobación de la tasa, ya que las partes ni siquiera se emplazaron a mantener negociaciones. Finalmente, hubo críticas y amenazas verbales a los vocales de Fedejerez, e incluso algún rifirrafe dialéctico entre el alcalde de Trebujena, Manuel Cárdenas, y representantes de las bodegas.