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Testigos del crimen de Cerro del Moro dan diferentes versiones del suceso

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Ramón Abelleira falleció el 16 de marzo de 2003 a consecuencia de las quemaduras sufridas en el incendio en una vivienda abandonada en Cerro del Moro. Ayer, el jurado y el público asistente a la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Cádiz pudo hacerse una idea de la desgarradora imagen de un crimen, cuyo móvil es la adicción a la cocaína, mediante el relato de los nueve testigos que pasaron por el estrado. «Cuando mi marido y yo llegamos a la casa incendiada se escuchaban gritos pidiendo auxilio que provenía del interior; el chico decía: 'socorro, que me quemo, sacarme de aquí'», detalló una vecina.

Por su parte, la hermana de la víctima, Beatriz Abelleira, manifestó que su «hermano tuvo una discusión con El Loco (J. L. S. H.) porque este le había engañado al venderle droga en mal estado».

Después del suceso, Beatriz aseguró haber hablado con Ramón en el hospital: «Estaba consciente y muy nervioso y me dijo: 'Bea como salga de aquí lo mato. El Loco me pidió perdón y me llevó a dormir a la casa de Juan El Gitano. Es un traicionero'».

Beatriz comentó que terceras personas en el barrio le dijeron que «sabían que El Largo ( F. G. C.) le había metido fuego a mi hermano y que El Cochino (O. V. C. ) pagó para que lo hiciera porque querían darle un escarmiento».

Asimismo, Beatriz contó que el marido de una vecina, el cual ayudó a un policía a sacar a la víctima de la vivienda incendiada, «cuando quería entrar por la puerta se encontró cara a cara con El Loco que salía con dos más».

Un testimonio que fue puesto en tela de juicio -nunca mejor dicho- minutos después por el propio vecino que participó en el rescate de Ramón. «Cuando llegamos a la vivienda yo no me choqué con J. L. S. H., allí no había nadie y sólo se escuchaban los gritos de socorro del interior del inmueble del fallecido», sentenció.

Por el contrario, otra testigo manifestó que estaba en su casa cuando escuchó una gran explosión. «Al asomarme a la ventana vi salir corriendo a tres personas de la casa del Gitano, una de ellas era J. L. S. H. que iba con un chandal de colores», señaló.