El 'tono vital'

Bajo ese término se incluye la capacidad de las personas para hacer frente a los retos de la propia vida y a los avatares del día a día. El tono vital es diferente en cada persona e incluso varía con el tiempo. La presencia de un tono más o menos alto dependerá de nuestro estado físico y psíquico. El paso de los años, la aparición de enfermedades o un progresivo agotamiento, tanto orgánico como psicológico, lo merman, así como la inestabilidad emocional o psicológica. Así, es frecuente que el tono vital se identifique con la capacidad de resistencia frente a las acometidas de la vida.

El tipo de vida realizado y el mantenimiento de un tono más o menos adecuado suelen estar habitualmente relacionados. Entre los factores que influyen en él, están la estabilidad emocional, la dieta, la fortaleza psíquica, los hábitos de vida correctos, el ejercicio físico, el descanso físico y psicológico adecuado y el apoyo social y familiar.

Cabe destacar que en el tono vital inciden otros factores, relacionados con los cambios climáticos. En la primavera suelen predominar las bajas presiones. La temperatura tiende a aumentar, sobre todo hacia el mediodía, y estas variaciones importantes entre las mínimas y máximas generan un estrés físico, al forzar la capacidad de adaptación. Ese incremento se relaciona también con la lluvia o los días grises, al darse una mayor variabilidad del clima. Y, no hay que olvidar que en esta época también se produce el cambio horario.