ESPAÑA

Un estudio confirma que los enfermos de sida son discriminados en la vida cotidiana

Salgado explica que con el informe, pionero en España, se persigue «detectar actitudes»

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Si usted es portador del virus del sida, sus actividades y necesidades diarias pueden chocarse contra un muro interminable de incomprensión, rechazo o evidente discriminación, sin razones legales que justifiquen tales actitudes. Por desconocimiento o temor infundado, le pueden denegar un tratamiento médico, bloquear su acceso a un puesto de trabajo, tratarle desigualmente en un proceso judicial, expulsarle o impedirle residir en un país. Le pueden condicionar su derecho de acceso a una vivienda o a un determinado centro educativo, incluso quitarle la custodia de sus hijos.

Por si fuera poco, podrían denegarle la contratación de un seguro de vida o de suscribir una hipoteca bancaria. Incluso en sus horas libres, podría ver neutralizada su intención de federarse en alguna actividad deportiva.

«Problema cultural»

«La sociedad les mata casi más deprisa que la propia enfermedad. Y es que el sida no es sólo un problema de salud, sino social, incluso cultural». El sombrío diagnóstico de la situación de casi desarraigo que siguen padeciendo las personas con VIH/sida, a punto de cumplirse los 25 años desde que se detectó el primer caso de esta epidemia en Estados Unidos, fue efectuado ayer por Peter Piot, director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA).

«Hasta que no se acabe con el estigma asociado a las personas que viven con el VIH, no se puede garantizar un avance significativo en la lucha contra el sida», agregó Piot durante una comparecencia en la que la ministra de Sanidad, Elena Salgado, presentó un estudio, pionero en España y uno de los primeros que se realizan en el mundo, que revela que en nuestro país persisten aún situaciones de discriminación hacia las personas seropositivas.