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Un mes y una semana separados de sus hijos

La pareja a la que Junta retiró la custodia de sus hijos está dispuesta a demostrar que todo fue una «gran mentira»

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José y Juani estuvieron 37 días separados de sus dos hijos. Más de un mes de noches sin dormir, de angustias y de búsqueda de explicaciones. «No somos malos padres, ni drogadictos, ni le debemos nada a nadie, podemos mantener perfectamente a nuestros hijos y les damos todo el amor y cariño del mundo». Ahora sus hijos viven con ellos, pero no pueden olvidar el dolor que les ha causado la Delegación de Servicios Sociales de la Junta de Andalucía al robarles a sus hijos «sin ninguna explicación ni motivo».

Todo comenzó pocos días antes de la Navidad del pasado año 2004, cuando Servicios Sociales y Policía Local se presentaron en su domicilio en San Fernando para llevarse a los niños. Al parecer, las únicas explicaciones eran que tras su estancia en un piso de alquiler, éste estaba sucio, y que los niños no estaban sujetos a un control sanitario.

Ambas denuncias se tiraron por tierra, tras probar que el estado de suciedad de la vivienda era posterior a la marcha de la familia del piso, y también se probó que los niños estaban al corriente de todas las vacunaciones e inspecciones médicas.

A pesar de que ha pasado ya más de un año, no pueden olvidar. Ahora viven en Jerez, en un piso amplio, donde a sus hijos no les falta de nada. El 31 de marzo tendrá lugar el juicio.

José y Juani no quieren dinero, sólo justicia. Pero van más allá de buscar una justificación, quieren que la Administración autonómica ofrezca una disculpa pública y desmantelar lo que consideran que es un rosario de negligencias y de malas prácticas en esta Delegación.

José comentaba a LA VOZ, que en Servicios Sociales la política de contratación no se rige por ningún cauce legal, y lo denunciará ante el juzgado, al igual que el trato que recibieron sus hijos mientras permanecieron en la casa de acogida. «Presentaremos las fotos de nuestros hijos de cuando fuimos a recogerlos», aseveró José.

Juani recuerda que estaban sucios, con las ropas y los zapatos rotos y con un estado de ánimo lamentable. Incluso tenían algunas quemaduras y heridas.

Su hijo mayor sigue aún traumatizado y está en manos de psicólogos. «Tiene miedo de que se lo lleven otra vez, simplemente con escuchar sirenas de la Policía, le entra pánico».

Su abogado ya tiene toda la documentación y pruebas que han podido reunir en este tiempo. Pero la tranquilidad sigue sin llegar. Ambos aseguran que han recibido amenazas por parte de la Junta de Andalucía para que dejen el caso tal y como está.

José acaba de cumplir trece años trabajando para la misma Delegación que le robó sus hijos, aunque en estos momentos está de baja. «Tienen miedo porque sé muchas de las cosas que pasan allí, y estamos dispuestos a descubrirlo todo porque con los niños no se juega».

José y Juani tienen fe en que la justicia ponga a cada uno en su lugar. Recuerdan como en el anterior juicio, ganado por ellos, las versiones de los trabajadores de la Junta de Andalucía eran contradictorias, y están dispuestos a probar que toda esta historia se ha montado sobre una gran mentira que les ha destrozado la vida.