ESPAÑA

CiU accede a admitir en el Estatuto los artículos sobre la eutanasia y el aborto

Los nacionalistas mantienen el pacto con el PSOE y se conforman con matices que, a juicio de ERC, ICV y PP, no alteran el contenido del título primero El personal judicial deberá acreditar un conocimiento «adecuado» del catalán

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Las fuerzas políticas catalanas no están dispuestas a permitir que la negociación del Estatuto en el Congreso sea un camino de rosas para el PSOE, al menos de cara a la galería. CiU e ICV protagonizaron ayer un enfrentamiento a cuenta de la revisión en el Congreso del título preliminar, que quedó en más ruido que nueces. Los nacionalistas volvieron a dar cuenta de su deseo de caminar de la mano del PSOE y accedieron a mantener prácticamente intactos los artículos que, a su juicio, daban pie a la legalización de la eutanasia, el aborto libre, la poligamia y la igualdad entre uniones heterosexuales y homosexuales, contra las que votó en su día en el Parlament.

La ponencia sobre la reforma del Estatuto -que debe tener su informe terminado en tres semanas- celebró ayer su segunda reunión para acordar una redacción alternativa del título primero, en el que se recogen los derechos y deberes y principios rectores.

Sendos órdagos

La jornada empezó con sendos órdagos, en sentidos opuestos, de Convergencia i Unió e Iniciativa per Catalunya. Los nacionalistas pretendían forzar la supresión del derecho a la eutanasia, a la unión homosexual y al aborto so pena de dar por roto el acuerdo con el PSOE. Los ecosocialistas advirtieron de que reconsiderarían su apoyo al texto si, precisamente, estos derechos quedaban recortados.

En el juego de presiones entró también Esquerra Republicana de Catalunya. La formación independentista ya parte del rechazo frontal al texto acordado por socialistas y convergentes, así que se vio obligado a dar una vuelta de tuerca más y amenazó con acudir al Tribunal Constitucional si el contenido de los polémicos artículos quedaran rebajados.

El portavoz de la formación en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, dio a entender que de no escuchar sus demandas, los socialistas estarían faltando a su palabra. Apeló así a la reunión que mantuvo el pasado miércoles en la Cámara baja con el presidente del Gobierno y al encuentro, hasta ahora desconocido, que tanto él como el diputado Josep Sánchez Llibre celebraron con los dos principales negociadores del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba y Francisco Caamaño, este fin de semana.

La advertencia puso nerviosos a los dos socios del PSC en la Generalitat. Pero, finalmente, todo quedó en un susto. Ni Artur Mas ni Duran asistieron a la reunión, muestra de que debían tenerlo todo bien atado. CiU se limitó a introducir matices a los citados artículos para garantizar, en palabras de Nuria Gispert, que el Estatuto no «promociona» la eutanasia, el aborto, la poligamia, ni la igualdad entre las parejas homosexuales y las heterosexuales. ICV y ERC admitieron con remilgos los cambios que, a su juicio, no suponen cambio alguno sobre lo acordado en el Parlamento de Cataluña. El artículo que podría legalizar la eutanasia queda neutralizado, según CiU, con la siguiente redacción: «Todas las personas tienen derecho a vivir con dignidad el proceso de su muerte y a recibir un adecuado tratamiento del dolor y cuidados paliativos integrales».

El catalán y los jueces

La reunión de la ponencia decidió también dejar como estaba el artículo 33.3 que exige a los jueces, magistrados, fiscales, notarios y demás personal judicial el deber de acreditar un nivel de conocimiento «adecuado y suficiente» del catalán. El portavoz socialista, Diego López Garrido, aseguró que esto no implica que «quien no sepa catalán de la A a la Z no va a tener plaza». A su juicio, el artículo sirve para garantizar de forma «sensata y razonable» que no se discrimina a aquel ciudadano que se dirija a la Administración de Justicia en catalán. Además, recordó que su desarrollo quedará regulado por una ley estatal.

Pese a que todo fue más rápido y más fácil de lo que cabía esperar, la reunión no estuvo exenta de polémica. Republicanos y PP coincidieron en criticar a CiU y al PSOE por utilizar un procedimiento poco ortodoxa para introducir sus enmiendas.