Contraportada

Samara La esperanza es mestiza

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Tiene la dulce modestia de los que crecieron escuchando a los grandes y saben lo difícil que resulta ponerse a su altura. Pero en-tre sus palabras se cuela el talento del que tiene una voz privilegiada y quiere ofrecérsela al público para ver qué pasa. Hija de la democracia y de un Cádiz metido en la lucha por ponerse al día, ya no le tiene miedo a las mezclas. De hecho, ella, como tantos, es el bendito fruto del mestizaje. Creció en La Viña, pero vive hace mucho en Extramuros. Su padre es gitano, y su madre paya. Adora a los maestros antiguos, pero aprecia la riqueza de aliñar el cante con un piano de jazz o con un soniquete llegado de otro continente: «No me da miedo probar. Me gusta experimentar con cosas nuevas porque pueden surgir músicas preciosas».

Sabe que Ojos verdes enamora igual que una acelerada melodía de Chano Domínguez o de Ruibal: «Me gusta aprender de todas partes. Me gusta igual adaptarme a la copla que cantar unas seguiriyas o unas alegrías de forma clásica».

Pese a su curiosidad sin límites, asegura que la base formativa la tiene en los clásicos «como La Perla, Enrique El Mellizo, Aurora Vargas e incluso Camarón. Me gusta aprender de ellos y luego atrevernos con otras cosas». Además de los maestros a los que conoce por grabaciones y referencias, también tiene influencias directas. Joaquín Linera, Niño de la Leo, Lidia Diánez, Paco Reyes... «son la gente que me ha ayudado y de la que he aprendido. Sobre todo Joaquín, que es el que más me ha llevado». Ha subido todos los escalones despacito. De las academias al Pemán y las peñas. De allí, a los teatros en grupo. Actualmente su esperanzadora voz se funde a la de otros en ese festivo hallazgo navideño que es Toma Castaña. Pero la escalera que ha subido poco a poco le lleva a un escenario, el de la Plaza Argüelles de su Cádiz natal, que tendrá que ocupar sola. A partir de hoy, empieza otra historia que habría sido imposible sin lo de antes, pero de la que nadie conoce el después.

Con ese prudente y sereno desparpajo se plantará esta noche (21 horas) en la Sala Central Lechera. Ha actuado con muchos grandes en teatros de España, Portugal y Alemania (promocionando al turismo andaluz, nada menos). Ha pisado muchas peñas y tablaos pese a su corta edad, pero ahora le llega el momento de plantarse sin escolta ni compañía «y en un teatro pequeño, en mi tierra. Es un paso muy importante para mí. Me gusta que sea en un local así, cerquita de la gente».

Los que no la han oído harían bien en quedarse con su nombre.

Los que saben, hablan y no paran: «Me comparan con el estilo de Estrella Morente, dicen que sueno parecido, pero yo no lo sé, yo no me veo. Es un halago, porque me gusta, pero no sé si me parezco tanto». Igual no se parece a nadie y todavía no lo sabe. Larga vida al cante de Cádiz.