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La ola de frío en Rusia altera el suministro de gas a la Unión Europea

Moscú alcanzará 40 grados bajo cero, la temperatura más baja en 27 años

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Toda Rusia se encuentra bajo la influencia de un ciclón polar que inundó Siberia de aire gélido la semana pasada y se extendió después al resto del país. Las temperaturas en muchas localidades del norte siberiano se han situado más allá de los 50 grados bajo cero. Esta ola de frío, la más intensa desde 1979 y de mayor duración desde hace más de un siglo, llegó a Moscú el pasado lunes por la tarde. En cuestión de pocas horas, el termómetro pasó de cero grados a menos 26. Ayer, en la capital rusa se registraron 32 grados bajo cero y hoy podría llegar a rozar los 40, como ya sucedió en 1940, 1941 y 1979.

Las autoridades municipales han advertido que la capacidad del sistema energético de Moscú se encuentra al límite y podría no dar abasto si las temperaturas continúan descendiendo. Por eso, el alcalde moscovita, Yuri Luzhkov, ha dispuesto un régimen especial de ahorro de electricidad que afectará al funcionamiento de fábricas, a la construcción de edificios e incluso al transporte público. Se ha ordenado además disminuir el alumbrado y los rótulos publicitarios.

Debido al mayor consumo de energía para combatir el frío, se ha tenido que reducir el suministro de gas a la Unión Europea. Y es que Ucrania, país a través de cuyo territorio pasa el gaseoducto europeo, está viéndose también afectada por las bajas temperaturas y ha tenido que desviar más gas del previsto para las calefacciones. Hungría e Italia han sido los primeros países de la UE que han notado el desabastecimiento, por ahora, sólo en torno a un 5% por debajo de lo habitual. El frío está también obstaculizando la extracción de petróleo, haciendo caer ligeramente su producción.

Pero los que más están sufriendo invasión de aire helado son los vagabundos, los llamados bomzhí, siglas de la frase: sin lugar de residencia determinado. En toda Rusia han muerto ya 24 en lo que va de semana y más de cien desde el comienzo del invierno. Casi todos los fallecidos acababan de consumir alcohol. Unas copitas de vodka activan la circulación sanguínea, pero los médicos advierten que el exceso de alcohol acelera la hipotermia. El Ministerio del Interior ha dado orden a la Policía de que procure dar un «trato más humano» a los vagabundos, permitiéndoles pernoctar en estaciones de ferrocarril u otros locales públicos, algo que está prohibido en condiciones normales.

El gran problema

Uno de los grandes problemas asociados a las bajas temperaturas es el de garantizar el normal funcionamiento del transporte público. A causa de que resulta imposible arrancar el vehículo con semejante frío, el número usuarios de los distintos medios de transporte aumenta considerablemente. Al mismo tiempo, las medidas de ahorro de electricidad conducen a la suspensión del servicio de tranvías, trolebuses e incluso algunas líneas de trenes de cercanías. El tiempo medio de espera en las paradas es ahora de casi media hora, lo máximo que se puede resistir a la intemperie con 25 grados bajo cero, a menos que se haga ejercicio. Muchas escuelas han cerrado sus puertas y se ha dado libertad a los empresarios para dar vacaciones a sus empleados hasta que las temperaturas se normalicen. Eso, según los pronósticos del centro meteorológico de Moscú, podría empezar a suceder a partir de la semana que viene aunque el termómetro subirá muy paulatinamente. Lo importante ahora es evitar que revienten las tuberías que conducen el agua caliente a las casas. Esa avería, muy complicada de subsanar, deja automáticamente sin calefacción las viviendas de todo un barrio. Este problema ya ha surgido en la ciudad de Samara, en donde ha afectado a 10.000 personas, y en 33 inmuebles de las afueras de San Petersburgo. La ola de frío polar penetra ya en Europa.