Está en mil leyendas

SE confirma definitivamente que las transferencias sobre las políticas de agua, las aguas del Guadalquivir, fundamentalmente, se convierten en la cuestión capital de la reforma estatutaria para la Junta, algo así, y salvando las distancias, como la co soberanía vasca o la relación bilateral con el Estado, sin olvidar el plus de la definición como nación, para Cataluña.

Lo dijo ayer Chaves y lo había «calentado» previamente el portavoz socialista Manuel Gracia al anunciar públicamente que, con independencia de lo que pensara el Gobierno central y la dirección federal socialista, la Junta lucharía hasta el final por la administración directa de la cuenca del Guadalquivir. Pero en la reivindicación de ayer Chaves se refirió «políticamente» a la reivindicación, y ahí se quedó corto, porque el aspecto cultural del Guadalquivir supera con creces la dimensión política de esa competencia, pero ya sabemos que el debate político en este país tiene escasas referencias culturales de peso, y cuando se producen tiene un origen meramente mimético. De recorte de periódico, para entendernos.

El Guadalquivir, como río andaluz, está en la literatura universal y en las referencias sentimentales de más de un milenio de historia. Difícilmente, la Junta va encontrar un tema a reclamar al poder central con tanta carta emotiva, literaria, medioambiental, económica y política. Pero tal déficit es un lugar común en los grupos políticos andaluces y, por lo tanto, no solo achacable a la Junta socialista. El grupo popular nunca ha entrado en el tema, como IU-CA, e incluso el grupo andalucista, que debería ser, de alguna forma, el más propenso a afinar en ese sentido andaluz de lo emotivo, ancestral y literario, «ni está ni se le espera».

El Guadalquivir, como el Missisipi, es referencia de un talante y una forma de ser, y, está en la obra de poetas excelsos y en mil leyendas de esas que el ser humano crea para defenderse de lo cotidiano. Por decirlo telegráfica y finalmente: islamismo y cristianismo se encontraron en él. ¿Alguien o algo da más?