El Apunte - OPINIÓN

Temporada alta para los chiringuitos

Aumenta el número de establecimientos de playa que seguirán abiertos durante el invierno en Cádiz

Los hosteleros gaditanos insisten en que la provincia tiene uno de los mejores ganchos para captar turistas en invierno. Se trata de su temperatura. Al margen de la gastronomía, de la oferta cultural y de los bellos rincones que ofrece la provincia para pasar unas vacaciones, el clima es un factor determinante que, pese a todo, está por explotar. La provincia solo ha exportado una oferta de sol y playa que ya está de sobra consolidada. Toca ahora ofrecer alicientes para el invierno.

El sector celebró ayer el Día Mundial del Turismo y se marcó como objetivo prioritario combatir la estacionalidad. Los hosteleros sostienen que Cádiz goza de una climatología lo suficientemente buena como para atraer a los turistas durante todo el año. Los empresarios que se encargan de explotar los chiringuitos en la costa gaditana (un total de 145, entre chiringuitos y kioskos) saben que el viento sopla a su favor. La apertura de estos locales en invierno se ha convertido en una constante que va en aumento. Lo que antes era una temeridad, solo media docena de ellos se atrevió en 2011 a abrir sus puertas en invierno, ahora es una necesidad. Una treintena de ellos ha confirmado que seguirán abiertos durante los próximos meses. Reconocen que hay negocio para mantener las puertas abiertas. No les falta razón. A partir de ahora pueden encadenar fiestas y ‘puentes’ con una oferta gastronómica importante y es que los chiringuitos se han convertido restaurantes y locales de copas a pie de playa.

Este fenómeno es fruto de la reconversión sufrida en 2014. El traspaso de competencias de la Demarcación de Costas a la Junta sobre la explotación de los negocios de playa allanó el camino. Posteriormente fue la Junta la que entabló lazos con los ayuntamientos para ordenar los chiringuitos. De esta forma, fueron los consistorios los que maniobraron para tramitar las concesiones administrativas que regula su instalación en las playas gaditanas. Gracias a ello se ha ampliado el tiempo de concesión pasando de cinco a diez años con prórroga de tres, lo que ha favorecido la inversión de los empresarios y un cambio radical en la fisonomía de los chiringuitos. Quizás, los establecimientos de playa y la filosofía de sus gestores son el mejor ejemplo para advertir que Cádiz puede estar de veraneo los doce meses del año gracias a su clima. Los chiringuitos son la guinda de este pastel. Solo falta ahora que los hoteles de la costa decidan también apostar por ello y permanezcan abiertos en temporada baja con una oferta atractiva.

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