Ratatouille en Cádiz

Desde los tiempos de Valentín el Fenicio, bajo los pies de los gaditanos pululan miles de ratas. Por las alcantarillas, por las cuevas de María Moco, por los bloques del Campo del Sur. Más o menos el porcentaje debe ser similar al de cualquier otra capital de provincia, imagino. Seis ratas por cada uno de nosotros, según un informe que se publicó hace años ya. Probablemente, con la sangría de gente que padece esta ciudad, ya toquemos a siete por cabeza, rata arriba, rata abajo. El asunto viene de lejos y ambas especies –humanos y roedores– hemos convivido siempre con una cierta paz y armonía. Ignorándonos, básicamente. Ocurre que en los últimos meses esa convivencia ha empezado a tornar en problema. Y lo ha hecho porque la falta de mantenimiento de la ciudad es palpable. Desde el Ayuntamiento se niega –no hay más ciego que el que no quiere ver–, pero no hay más que echar un vistazo a solares, parques o zonas verdes para comprobarlo. La ciudad se deteriora día a día gracias a que nuestros líderes morados, en su afán de insistir en que están reduciendo la deuda municipal, no gastan ni bromas. Tanto acusar al Gobierno de «austericida» por los recortes y ahora Podemos no quiere gastar ni en raticidas. Cuatro meses ha tardado en conseguir suministros. Y todo por ahorrar algo más de dos mil euros. Si lo hubiesen sometido a votación en una asamblea ciudadana en el Palillero –¿siguen celebrándolas?, ¿asisten los vecinos y las vecinas en masa? ¿qué fue del célebre ‘Cumbres’?–, servidor hubiese votado por hacer una ‘vaquita’ entre todos y solucionar el asunto. Cualquier cosa antes que ver a un bicho de esos paseando por mi toalla en Santa María del Mar.

Con todo, lo de las ratas no es más que algo anecdótico.Al menos de momento. Pero muy ilustrativo de los tiempos que vivimos en Cádiz. Abandono, cutrez, falta de inversión, de ambición, por parte de un equipo de Gobierno con el tiro muy desviado en cuanto a las prioridades de la ciudad. Unos dirigentes empeñados en lanzar mensajes políticos sobre los asuntos más pintorescos pero que apenas gestiona lo que de verdad interesa, lo que realmente afecta, a los gaditanos.

Si hacemos una breve recapitulación, el verano casi ha pasado y los temas prioritarios para el alcalde y sus concejales han sido la elección del jurado del Falla, el Carnaval en la calle y la eliminación de las barbacoas. O la municipalización de servicios sin el apoyo de los propios trabajadores afectados y ‘vendernos’ bonos de agua como si hasta su llegada hubiese gaditanos muriendo de sed. El otoño acecha a la vuelta de la esquina, seguimos sin prespuesto, sin vender el hotel del Carranza, sin anunciar ningún proyecto atractivo para la ciudad. A este paso, igual hasta las ratas se aburren de tanta mediocridad y vuelven al subsuelo ellas solitas.