OPINIÓN

El pinchazo de Boeing salpica a Airbus

La industria aeronáutica de Cádiz tiene importantes intereses con el modelo de avión siniestrado

La norteamericana Boeing y la europea Airbus son los dos gigantes mundiales que fabrican los aviones comerciales en los que vuela la mayor parte de la población del planeta. Son competidores, pero también aliados. Algunos de sus negocios se encuentran conectados directamente gracias a una ... estrategia empresarial. El accidente ocurrido con el 737 MAX de Ethiopian Arlines, que ha dejado 157 muertos, es el segundo siniestro que sufre este mismo modelo de avión en poco más de cinco meses. En octubre de 2018, la compañía Lion Air perdía una de sus naves al despegar en Yakarta dejando en mitad del agua una estela de 181 muertos. El segundo accidente ha encendido todas las alarmas en Boeing y ha llevado a la Unión Europea a cerrar el espacio aéreo a este tipo de aviones, con el consiguiente perjuicio para sus pasajeros y las cuantiosas pérdidas para las compañías afectadas. Algunos analistas han llegado a decir que el pinchazo de Boeing, que en solo dos días ha perdido más de 20.000 millones de dólares en su cotización bursátil, supone un balón de oxígeno para Airbus, ya que puede sacar ventaja comercial gracias al contratiempo de su principal competidor. Sin embargo, la intrahistoria del negocio aeronáutico es otra. Boeing sacó varios concursos en 2013 para subcontratar la fabricación de algunas secciones del 737 MAX, su joya de la corona, y entre los fabricantes que pujaron por este suculento pastel fue Airbus. El gigante europeo se hizo con uno de estos paquetes: la construcción de los ‘fan cowl’ o cubremotores de este modelo de avión. El acuerdo, que supera los 450 millones de euros y tiene una vigencia de 20 años, significó para la industria aeuronáutica gaditana una especie de maná caído del cielo, ya que la producción de estos cubremotores se localiza en las plantas de Airbus de El Puerto, en Cádiz, y en la sevillana de Tablada. La factoría gaditana tuvo que acondicionar sus instalaciones para albergar esta línea de producción y hacerla compatible con las que ya tenía asignadas, caso del A320neo. Así, la fabricación de los cubremotores del 737 MAX en Cádiz ha permitido también un próspero negocio para su industria auxiliar, que se ha hecho también con pequeños paquetes para apoyar la producción de Airbus en El Puerto. De momento, la industria no sufre los efectos colaterales del accidente, pero el peligro llegará si hay cancelaciones de pedidos.

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