Adolfo Vigo - Opinión

Esta comisaría es una ruina

Nada más cruzar sus puertas te reciben dependencias apuntaladas para evitar que los techos se caigan sobre las cabezas

Adolfo Vigo
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La semana pasada me tocó estar de guardia para la asistencia al detenido. En este caso, se me llamó para que acudiera a asistir a tres detenidos en la comisaría de la Policía Nacional de nuestra ciudad, pero no les voy a hablar de los detenidos, sino de la comisaría en sí. En la actualidad el edificio que se encuentra en la Avenida está más cercano a parecerse al edificio de la película ‘Esta casa es una ruina’ que protagonizara Tom Hanks, que para servir de centro a la Policía que debe de velar por nuestra seguridad en la ciudad.

Nada más cruzar sus puertas te reciben dependencias apuntaladas para evitar que los techos se caigan sobre las cabezas, ya no solo de los que allí día tras día desempeñan su trabajo cotidiano, sino sobre los ciudadanos que acuden a realizar múltiples gestiones.

A eso hay que sumarle los carteles en determinadas puertas impidiendo el paso por riesgos diversos, así como la aparición de diferentes tubos de amianto que elevan el riesgo de dichas instalaciones.

Sinceramente, me parece espeluznante que profesionales como son los agentes de la Policía Nacional deban de desarrollar su trabajo, y no olvidemos que de suma importancia ya que en no pocas ocasiones de su investigación depende que se puedan esclarecer o no los delitos que se cometan en la ciudad, en unas condiciones tan precarias como tercermundistas.

Según me contaban, en breve se trasladarán a las instalaciones del edificio de Telefónica, más conocido por el Pirulí, en la que pretenden dejar diáfanas varias plantas y poner las mesas. De este modo la confidencialidad a la hora de que las personas tengan que ir a declarar o a presentar una simple denuncia, imagínense en el caso de violencia de género, quedará del todo vulnerada al no poderse garantizar el más mínimo.

Por otro lado, me decían que los calabozos para los detenidos seguirán estando en estas antiguas dependencias, por lo que cada vez que se tenga que tomar declaración a un detenido o hacer cualquier otra diligencia de investigación con este, tendrá que ser trasladado desde los calabozos de la avenida a las instalaciones de la «nueva comisaría». Lo que será un retraso a la hora de darle agilidad a las investigaciones, así como el sobre coste que conlleva el tener que desplazarlos en un coche de policía para esos escasos metros que separan a un edificio del otro. Porque lo único que falta es que los obliguen a llevar a los detenidos andando por en medio de la calle con los grilletes puestos.

Mientras tanto en esta ciudad seguimos peleándonos por un museo del carnaval o cofrade, y por cosas por el estilo, sin tener en cuenta lo que de verdad nos interesa. Sin pelear porque los organismos oficiales, como puede ser la Policía Nacional, y ya ni me refiero a los juzgados que son temas a parte, cuenten con unos edificios e instalaciones a la altura de sus necesidades.

Desde aquí vaya mi máximo respeto a esos profesionales que día tras día, ya no solo se juegan la vida en las calles persiguiendo a delincuentes y haciéndonos sentir más seguro, sino que también ven expuesta su integridad física en su lugar de trabajo. En el mismo en el que como mínimo deberían de tener las condiciones de seguridad básica que se pide para cualquier centro de trabajo.

Por cierto, si van a denunciar algo llévense de casa sus propios cascos de obra…

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