El Apunte

Las coplas sobreviven a los cambios

La primera fase del nuevo Concurso del Falla termina sin más novedad que celebrar los nuevos horarios

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Está claro que el Carnaval está muy ligado al nuevo gobierno municipal. El alcalde es un integrante de ese mundo y pocos colectivos, como las agrupaciones, contribuyeron con más entusiasmo a manifestar un hartazgo ciudadano hacia el anterior equipo del PP durante sus últimos años con el bastón de mando. Pero más que el Carnaval de la calle, el real, el auténtico, es el Concurso del Falla el que supone una obsesión para el nuevo gobierno municipal. El ejecutivo local ha insistido desde que se formó en cambiar su organización y en hacerse con el control de la fiesta mayor de la ciudad. En pocos apartados más ha sido tan insistente y efectivo, tan rápido y perserverante. Llama la atención tanto afán.

Por simbólica y reconocida que sea, por eco que tenga, no deja de ser una fiesta, una celebración. Es ocio, además de cultura, tradición y artesanía. Es decir, dista de ser una prioridad vital que precise una gestión urgente. Aún así, en tan sólo un año y medio con el poder, ha tratado de hacerse varias veces con el mando de la organización de la fiesta hasta que lo ha conseguido. Que sea un espectáculo y un punto de encuentro para miles de aficionados, gaditanos y de la provincia, de Andalucía o de cualquier lugar no cambia nada. Los de Podemos quieren que sea el Carnaval que ellos quieren aunque siempre suplanten su voluntad como la del «pueblo» o «los que hacen la fiesta».

Una vez terminada la primera fase del nuevo certamen, el primero con los cambios y las normas de «la gente», parece que muchas de las modificaciones son acertadas. Sobre todo, las relacionadas con la hora, mucho más compatibles con cualquier actividad personal del numeroso público. Lástima que se ese nuevo hábito, tan civilizado, concluya con la primera fase y desde hoy, con los cuartos de final, se vuelva al incomprensible trasnoche diario.

El Concurso del Falla, la fiesta en general, funciona con gran éxito y sobrevive a los caprichos de los que ocasionalmente estén al frente de instituciones y organizaciones. La copla puede con todo, se adapta, siempre deja huecos para el halago que la debilita y la crítica que la fortalece. Pueden cambiar horarios, números, sorteos y puntos pero la esencia permanece.

Ver los comentarios