Juan Carlos Viloria

La CIA como coartada moral

La izquierda europea se resiste a reconocer y censurar la deriva totalitaria del régimen de Maduro en Venezuela

La izquierda europea se resiste a reconocer y censurar la deriva totalitaria del régimen de Maduro en Venezuela. A pesar de la coerción sobre los opositores, la trampa de la Constituyente, el fraude en el recuento, la cruel represión del derecho de manifestación y toda la batería de atropellos, despotismos y desmanes cometidos desde que perdió las elecciones legislativas, los ‘progresistas’ miran hacia otro lado. La solidaridad de estos sectores de las democracias europeas con la represión del régimen que inauguró Hugo Chávez es llamativa porque habitualmente son los vigilantes de la playa de los derechos humanos. Durante meses el mundo de la izquierda que guía Podemos ha minimizado el problema de Venezuela «por comparación» con la corrupción en España. Más adelante la incomodidad que provocaba el deterioro de la política de Maduro desbordado por la realidad y enrocado frente al referéndum revocatorio, animó a la izquierda a revolverse contra la atención de los medios sobre el país caribeño «habiendo tantos problemas en el mundo».

El razonamiento venía a sostener que lo de Caracas era una minucia sobredimensionada por la prensa capitalista. Pero faltaba por aparecer el recurrente fantasma de la CIA. Con más de cien muertos en la represión de manifestaciones, la Asamblea Nacional legítima acosada por los paramilitares y el auto- pucherazo en las elecciones a la Constituyente el trampantojo de la democracia caraqueña ya no aguantaba más. Es entonces cuando por la fibra óptica que navegan las consignas empezó a sonar la música de la conspiración imperialista. En las redes sociales hacía semanas que fluía el argumentario comparando la Venezuela de Maduro con el Chile de Allende, recordando el golpe de los generales en Argentina o las armas de destrucción masiva de Irak. Y en los últimos días relevantes políticos de la izquierda europea como el exalcalde de Londres ‘Ken el Rojo’, o el veterano Melenchón de Francia insumisa han comprado la coartada moral.

Si el embargo de EEUU a Cuba sirvió tantas décadas para excusar al castrismo… Ahora resulta que la crisis económica, social, política y de imagen internacional del gobierno de Maduro es una operación de la CIA. Que la oposición está dirigida y sostenida por los servicios secretos; que se está preparando todo para fabricar un golpe como el de Pinochet. Por muchos episodios oscuros que haya protagonizado la agencia de inteligencia de EE UU en Latinoamérica el chavismo bolivariano y su totalitarismo revolucionario tienen unos responsables intransferibles. Pero para muchos ‘progresistas’ que apoyan esa autocracia y se lavan las manos ya que ellos no ejercen directamente la represión el fantasma de la CIA supone una coartada moral que les permite situarse del lado del despotismo poniendo a salvo su mala conciencia.

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