EL APUNTE

Un colapso de tráfico que afrontar

Los coches no van a desaparecer por un deseo ideológico: es preciso proponer alternativas para ubicarlos y, de paso, proteger a peatón y visitante

Atascos en parking Canalejas, Cádiz Antonio Vázquez

Circular y aparcar alrededor del centro de Cádiz siempre ha sido una tarea difícil. Cuesta discutirlo pero también hay pocos argumentos para negar que la misión cotidiana se ha complicado más en los últimos años. La tarea de encontrar estacionamiento es especialmente compleja durante los ... meses de alta temporada turística, esos que hoy empiezan a pasar. También resultará especialmente molesto en las próximas fechas de concentraciones festivas o de compras: Navidad, Carnaval... Las dimensiones de la capital gaditana y el peculiar perfil urbanístico de la comarca, con grandes poblaciones separadas por unos cuantos kilómetros, más las carencias en el transporte público (sin tranvía ‘ad aeternum’, con mejorables servicios de autobús, con poca frecuencia de Cercanías) hace que la mayoría de la población tienda a moverse en vehículos privados para hacer las gestiones de la vida diaria. A ellos hay que sumar los visitantes veraniegos que, afortunadamente, cada año van a más. Para ello, el aparcamiento regulado, el estacionamiento en superficie y las bolsas de parking juegan un papel fundamental. Desgraciadamente, en los últimos dos años han ido a menos sin que aparezcan alternativas. El objetivo es doble: concienciar a los ciudadanos de que no usen tanto el coche (vayan o no en bicicleta) y crear estacionamientos disuasorios que impidan una invasión de las zonas que más hay que cuidar de cara a comercio, vecinos, turismo y hostelería, como el casco antiguo.

Para proteger este último del colapso actual y deshacer el nudo creado en el eje Carretera Industrial-Canalejas, parece necesario recuperar proyectos atrasados en demasía y sacudirse complejos respecto al coche. No va a desaparecer de un verano para otro. Que los aparcamientos actuales están saturados es una evidencia. Oponerse a crear nuevas plazas y a la utilización de zonas sin uso concreto para poder almacenar esos vehículos, para liberar para el peatón en otras áreas, no tiene sentido ni urbanístico, ni ecológico, ni turístico, ni social. Por un deseo ideológico, los coches no van a evaporarse con sólo desearlo.

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