Las aletas: un fracaso simbólico

Es infrecuente que ganen los pequeños, que la realidad recupere la mítica victoria de David ante Goliat. Como relato, es imbatible. Como ejemplo, falla bastante. Apenas suele reproducirse. De ahí que resulte llamativo que los propietarios de los terrenos de Las Aletas y los colectivos ecologistas hayan aguantado y superado la prepotencia de la Junta de Andalucía hasta en dos ocasiones. Al final, los tribunales han puesto a cada uno en su sitio. Y dos veces.

Los dueños de las tierras afectadas por este proyecto denunciaron en su momento el proceso de expropiación forzosa del que eran víctimas por parte de la Administración regional. La Junta convenció a un grupo de propietarios, los minoritarios, pero no logró que los que más terreno acaparaban pasaran por el aro.

Los primeros abandonaron el pleito por falta de recursos y claudicaron, mientras que los segundos, siguieron adelante contra lo que consideraban un atropello. Los grupos ecologistas se convirtieron entonces en aliados esenciales. Trataron sin éxito de que la Junta se viniera a razones pero, no hubo acuerdo.

Los servicios jurídicos de la Junta de Andalucía tiraron por la calle de en medio y dieron luz verde a la expropiación y, por dos veces, a la ordenación del terreno. La denuncia de los ecologistas de Adena ya propinó un primer golpe de efecto al declarar ilegal la actuación de Las Aletas por vulnerar la Ley de Costas en el espacio de dominio público marítimo terrestre. Ahora, tras otra reordenación, el Supremo vuelve a dar otro golpe. Lo tumba. Un K.O. técnico, definitivo.

Entre tanto, los fallos judiciales del Tribunal Superior de Justicia reconociendo que el interés autonómico de este proyecto no estaba justificado. Un despropósito tras otro. Millones perdidos, dilapidados en burocracia sin sentido, en pleitos perdidos uno tras otro. Si la Administración regional hubiera sido más eficiente en 2008 quizás hoy habría máquinas trabajando en el polígono de Las Aletas ¿Atenderá ahora la Junta a los tribunales? ¿Se rendirá a la evidencia pro fin?

El polígono de Las Aletas ha sido la gran esperanza de cara a la reindustrialización de la Bahía de Cádiz. Desde hace años, políticos de todos los signos han fijado allí su objetivo para construir un enorme parque en el que atraer empresas para la creación de miles de puestos de trabajo. Del mismo modo, ahora, es un gran símbolo del fracaso de las políticas de fomento industrial de los últimos años.