El Apunte
La realidad que hay que afrontar
El suicidio es la segunda causa de muerte violenta en la provincia y los expertos piden que se le preste atención
El suicidio, el hecho de quitarse la vida a uno mismo, es la segunda causa de muerte violenta en la provincia de Cádiz. Así se desprende de los datos que hoy publica este periódico y que corresponden a las autopsias que durante 2022 se realizaron en el Instituto de Medicina Legal (IML). La entidad encargada de realizar los estudios forenses una vez que reciben los cuerpos sin vida de personas que han muerto de forma no natural practicó estos análisis para determinar la razón de los fallecimientos. Y en más de un centenar de casos, se había debido a un suicidio.
La cifra no es escandalosa. No supera las de otras provincias ni da lugar a una alarma innecesaria, pero sí es un aviso. No tanto por la cantidad pero sí por el hecho en sí. Y sobre todo, y como indican los expertos, porque cada vez hay más gente que lo intenta. Así lo advierten los profesionales que se dedican a tratar este asunto que, por muy escabroso que sea, y durante años ocultado, no deja de ser una realidad. Por ello piden que se le dé atención. Que se trabaje con programas y planes especiales porque la visibilización sobre este riesgo no siempre es mala y no siempre tiene que ser un efecto llamada si se hace con cierta medida y responsabilidad.
Además, y como indica el psicólogo Daniel Vázquez, experto en la materia y que se encarga de formar a profesionales que pueden tener contacto con personas vulnerables, el suicidio «no es una enfermedad, es una decisión» y hay que aclarar que no siempre quien opta por este camino sufre un trastorno mentales en todos los casos. El especialista sostiene que hay que desmitificar ciertos aspectos y no confundir a la sociedad porque esa falta de información u oscurantismos hacen que no se atienda el problema como es debido.
Sobre todo en lo relativo a los más jóvenes. Cada vez más afectados por conductas autolesivas. Comportamientos de llamadas de atención o también de muestra de emociones y búsqueda de expresión. Más aún tras la pandemia, que ha sacado a la luz muchos de estos casos. Por tanto hay que ir donde se necesita y no esconder lo que puede terminar siendo fatal. Tanto para el que lo vive, lo sufre, como para todas aquellas personas que le rodean porque también buscan otra salida.
