El Apunte
Los genios no pueden seguir olvidados en su tierra
La queja de las herederas de Paco de Lucía muestra lo corta que es la memoria institucional a la hora de reivindicar el patrimonio inmaterial de sus artistas
Los artistas tienen siempre una relación complicada con las administraciones y con los políticos que, finalmente, son quienes las controlan y los que determinan cómo funcionan. Por una parte, en vida, deben cuidarse muy mucho de hacer determinadas interpretaciones o libres declaraciones so pena de perder el favor del concejal o consejero o ministro de Cultura de turno es ir quedando poco a poco relegados y fuera de los circuitos oficiales. Pero después de morir, también puede ser que esta relación no se arregle y se vena afectados por la 'damnatio' de los que creen que siempre hay cosas más interesantes que tratar que la recuperación del legado de estos artistas. Da igual la importancia que tuvieran en vida.
El último gran ejemplo que nos hemos encontrado en la provincia es el de Paco de Lucía, un músico de referencia universal con el que no caben las presentaciones, pues su fama le precede. Sus herederas (sus hijas Lucía y Casilda y su viuda, Gabriela Canseco) lamentan que pese a su voluntad para poner en marcha una fundación que recoja el legado del que es considerado uno de los guitarristas más notables de todos los tiempos, ésta no recibe apoyo institucional. De hecho, señalan que ha tenido que ser la llegada de fondos europeos la que haga que empiece a cobrar forma un centro de interpretación sobre el creador de 'Entre dos aguas'.
Es curioso comprobar cómo todos los políticos (de izquierdas a derechas y más allá) se apropian de frases, de anécdotas o de referencias de los artistas para reivindicar cualquier tipo de iniciativa. Sin embargo, cuando llega el momento de hacer esfuerzos para que su figura no se pierda y para reivindicar y poner en valor su legado, todo son plazos que se eternizan. Sólo hay que mirar lo que se ha tardado en levantar el centro de interpretación sobre Camarón (pese a que gran parte del turismo que llegaba hasta San Fernando lo hacía atraído por su figura) o los retrasos que sufre el museo de Lola Flores, en Jerez.
Por encima de las palabras y de las reivindicaciones oportunistas, es necesario que nuestros artistas más notables tengan un lugar prominente en nuestras localidades.
