Un futuro que pasa por ser verdes y estar unidos
El tranvía logró ayer unas horas de paz entre los políticos y marcó una senda de unidad y sostenibilidad más que necesaria para los municipios de la Bahía
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Los políticos son célebres por evitar el poner el foco en las cosas importantes, en los asuntos que realmente preocupan, con el ánimo perenne de arrimar el ascua a su sardina. Sin embargo, ayer los representantes políticos fueron capaces de poner el foco en algo fundamental en los discurso y las declaraciones que fueron ofreciendo con motivo de la puesta en marcha del nuevo servicio de tranvía que comunica Cádiz con Chiclana: el medio ambiente. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, y la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, coincidieron en destacar el beneficio que supondrá eliminar de las carreteras gaditanas el millón de vehículos que completa el recorrido que ahora realizará el TramBahía.
Es quizá uno de los aspectos que más se nos ha pasado, como sociedad, por alto a la hora de realizar los sesudos análisis sobre la infraestructuras. Se ha hablado de tiempos, de dineros, de plazos, de velocidades y horarios, pero poco de lo que importará en unos años: el haber dejado un entorno más verde para las nuevas generaciones de gaditanos. Es común escuchar en estos días que el autobús o el vehículo propio es más rápido, pero si queremos apostar por medios de transporte que nos conviertan en una sociedad más limpia, es imprescindible tomar este tipo de medidas.
Los alcaldes de Chiclana, San Fernando, Cádiz y Puerto Real incidieron también en algo fundamental: la distancia entre las poblaciones de la Bahía se acorta con este tipo de políticas. En una época en donde priman las confrontaciones entre los municipios, es de agradecer una iniciativa que se ha puesto en marcha, precisamente, para unir a personas y territorios. Puede, siendo optimistas, que este nuevo medio de transporte sea un símbolo de lo que desde distintos sectores se lleva años reclamando: una mayor unidad y armonía entre las distintas localidades de la Bahía de Cádiz. Ayer, los políticos, de distintos signos, fueron una fiesta y un manantial de buenas palabras. Confiemos en que, a partir del día de hoy, no vuelvan las habituales rencillas, aunque para ésas nunca hay retrasos.
