La Fundación de la Mujer como símbolo

Las nuevas denuncias de inacción llegan tras dos mandatos completos de escándalos y chapuzas

La Voz de Cádiz

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Son muchas las áreas municipales que, cuando acaba el segundo mandato de José María González Santos, ejemplifican el fiasco que ha supuesto la falta de gestión del alcalde y su equipo. Podría hablarse de una Policía Local en permanente enfrentamiento, de unos servicios de limpieza en constante retroceso hace años, como el transporte público. Pero si hay un departamento municipal que, por su simbolismo añadido, ejemplifica la decepción que el equipo de Gobierno ha proporcionado a sus votantes, en particular, y a los vecinos de Cádiz, en general, es la Fundación Municipal de la Mujer. Fue así desde el inicio, desde 2015. Esta administración municipal ha puesto siempre las fijaciones ideológicas, los complejos, por delante del diálogo, el acuerdo y la gestión. Ahora, tanto tiempo después, a unos días de 2023, asociaciones de mujeres reiteran la acusación de parálisis, de falta de funcionamiento, de vacío en un estamento llamado a ayudar a un colectivo tan sensible y vulnerable como las mujeres que han sufrido maltrato o violencia, o están en riesgo de padecerlo. Esta premisa da igual. La manipulación política por delante del servicio público. Este podría ser el lema. Lo más doloroso es que esta inacción, esta serie de chapuzas, se produce en una fundación así, llamada a servir a uno de los sectores con más necesidades de la población (como dicen todas las estadísticas judiciales, económicas y sanitarias) que es el de las mujeres. No importa todo lo que falta por hacer para ayudar a un colectivo que es la mitad de la población, nada menos. Todo es secundario porque parece abonada a la incapacidad gestora, cuando no a la polémica permanente. La Fundación de la Mujer del Ayuntamiento de Cádiz sólo ha tenido resonancia, de 2015 a 2023, por polémicas, escándalos, relevos y cambios administrativos siempre ajenos a las numerosas y graves necesidades del colectivo al que debe representar. Ante la última denuncia, la hemeroteca dice que no cabe sorpresa. La Fundación de la Mujer siempre ha estado marcada en Cádiz por ese tipo de actitudes. Antes, el ruido llegó por circunstancias igualmente ajenas a su finalidad teórica y práctica: unos cursos para mujeres desfavorecidas que incluían técnicas sexuales que no parecían ajustadas a la búsqueda de empleo; la eliminación del busto de una feminista histórica por ser considerada franquista o un bienio de ausencia de la figura del gerente... Nada de la utilidad pública que se le supone, de su importante misión de apoyo. Nada.

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