Más control precisa de más alternativas
La inversión del Ayuntamiento en nuevos equipos para limitar el tráfico debe ir acompañada de medidas para poder acceder al centro
«Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad». La frase, a menudo, se le atribuye al Tío Ben, el cariñoso pariente de Peter Parker, fotógrafo de prensa y hombre araña. Sin embargo, antes ya la habían pronunciado, con distintas palabras, Roosevelt en los años 40 y Damocles en el siglo I a. C. Sea de quien sea la paternidad de la cita, lo cierto es que el mensaje que evoca es claro: cuando se tiene el poder de decidir hay que prever las consecuencias. El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz, ante el anuncio del nuevo sistema de control de tráfico, debe tomar nota de la frase. Puede elegir cómo la dijo el superhéroe, el presidente americano o el rey griego, pero con la instalación del nuevo sistema de control y vigilancia tiene que habilitar las fórmulas que permitan que la ciudad sea habitable y no un fuerte inexpugnable.
Y es que la decisión de perfeccionar los sistemas de control sobre quiénes acceden a zonas delimitadas como semipeatonales tanto en el casco antiguo como en el Paseo Marítimo son bienvenidas, pero deben ir aparejadas a una mejora de los sistemas de transporte colectivo para que los ciudadanos, de Cádiz o de fuera, puedan dar vida al centro histórico. Del mismo modo, urge la habilitación de aparcamientos disuasorios para aquellos que, por turismo, por trabajo o por ocio, no tienen más remedio que utilizar su vehículo privado para llegar a la ciudad. La imagen de cientos de automóviles dando vueltas por la circunvalación del casco antiguo y por la avenida principal buscando aparcamiento es la metáfora perfecto de que una medida destinada a reducir la contaminación y mejorar la movilidad se torna en todo lo contrario cuando se realiza sin planificación.
Estudio aparte merece el anuncio de Martín Vila de que el sistema de control servirá para limitar el tráfico cuando haya episodios de contaminación y saturación. Si se prevé cerrar completamente el tráfico ante grandes eventos, la necesidad de facilitar estacionamientos se hará más perentoria. Suponemos que desde el Ayuntamiento ya se estará pensando en esa cuestión conscientes, como seguro son, de que el poder de cortar el tráfico conlleva la responsabilidad de hacer la ciudad vivible.
