OPINIÓN
Cuándo empezar de cero
Y es que siempre se habla de nuestro Concurso como un «concurso de nombres»
Leyendo el titular bien podríamos pensar que hablamos de quienes buscan reconducir una relación de pareja, o aquellos que no han comenzado con buen pie. Pero en este caso, nuestro idilio amoroso va a ser con el Carnaval y no de manera carnal. El Concurso, es bien sabido, que se rige por un reglamento, que determina diferentes variables, entre ellas, el sistema de puntuaciones que otorga a las diferentes agrupaciones su continuidad en las diferentes fases del certamen. A modo de resumen, podemos decir que las agrupaciones que componen cada una de las cuatro modalidades luchan por llegar a lo más alto (una plaza en la ansiada final), y para ello deben pasar por tres fases previas (preliminar, cuartos y semifinal). La manera de ir avanzando en el certamen la determina el Jurado oficial que, cuantitativamente, con ese sistema de puntuaciones del que hablamos, determina hasta dónde llega cada agrupación. Hasta aquí todo normal…
Pero, ¿y si te digo que no todas las fases puntúan? Pues eso es lo que ocurre en este COAC, y en muchos otros que lo han precedido. Y es que las puntuaciones de la fase preliminar solo sirven para posibilitar que las agrupaciones accedan a la siguiente fase (la de cuartos de final), pero una vez superado dicho trámite las puntuaciones se retoman desde cero. Es decir, reseteamos. Aquí es donde podemos pensar a quién beneficia esta circunstancia. Y es que siempre se habla de nuestro Concurso como un «concurso de nombres», en el que en ocasiones se tiende a valorar más los antecedentes de las agrupaciones que las propias actuaciones. Y si no, hagan una sencilla prueba, cojan un orden de actuación previo al comienzo del concurso y hagan una clasificación virtual teniendo en cuenta el nombre de la agrupación o el autor. Ya les adelantó que no se equivocarán en mucho.
Y es que, el hecho de que la fase clasificatoria no sea acumulativa para el resultado final permite a los grupos más consolidados no tener que arriesgar con las letras o soltar incluso aquellas de menor calidad, sin el perjuicio que supondrían que éstas contasen en un cómputo general de cara a luchar por los premios. Del mismo modo, esta circunstancia ha perjudicado a ciertas agrupaciones, dándose el caso contrario, en años en los que los puntos cosechados en la fase preliminar sí han servido para ese sumatorio final, pero eso ya… lo dejamos para otro día. Dicho esto, ¿Cuándo empezamos de cero?
